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Daniel Melero, una de las mentes maestras de la música argentina, siempre desarrolló ideas que lo llevaron al terreno de la experimentación y la construcción de un sello inalterable. En entrevista para Indie Rocks!, el músico, productor y compositor bonaerense, nos habló acerca de su extensa discografía, su aportación a la escena musical y su participación en el #FestivalMarvin 9.5.
“Me siento entusiasmado. Este ha sido un año en el que casi todos hemos sido cabezas parlantes, como nosotros dos ahora. Así que me emociona el reencuentro de músicos y amigos en el Festival Marvin, me parece que va a ser bello. Extraño mucho la vida en el exterior, considero que en esta nueva anormalidad —porque no la acepto como nueva normalidad— hemos perdido cosas en el camino por no estar preparados para todo esto”.
En 1982, Daniel Melero —junto con Luis Bonatto (sintetizadores, bajo y batería electrónica) y Mario Siperman (teclados)— fundó Los Encargados, considerada como una de las primeras bandas de techno pop en Argentina.
“Eso fue algo que nos propusimos hacer por el gran aprecio que le tenemos al rock. Empezar a usar máquinas fue una idea que surgió para sacudir el escenario con música que nos interesaba hacer en ese momento. Que se haya constituido como un clásico significa que —táctica y estratégicamente— lo diseñamos muy bien. Para el mundo de la música, se trata de un producto que preserva la libertad creativa”.
Para Silencio (1986) —el álbum debut de Los Encargados— Melero compuso “Trátame suavemente”, una balada disfrazada de romanticismo inspirada en la declaración de guerra del dictador Leopoldo Galtieri al Reino Unido. Sin embargo, debido a algunos problemas de lanzamiento, Soda Stereo la incluyó en su álbum homónimo debut (1984).
Ellos [Charly, Zeta y Gustavo] venían mucho a mi casa porque teníamos una amistad. Yo grababa todos los días, tenía como un club de músicos desconocidos, todos envueltos en distintos géneros pero con intenciones de ser actuales. Fue Federico Moura quien le sugirió a Gustavo que grabaran esa canción y, por supuesto, para mí fue un halago enorme que lo hayan hecho. Desde el instante en el que sucedió no sabíamos que se iba a convertir en algo icónico, pero son esas cosas maravillosas que a veces suceden. Es el resultado de la perfecta combinación de personas que tienen una idea y, sobretodo, las ganas de construir”.
Además, para Canción Animal (1990) —el quinto disco del trío argentino— Daniel Melero participó activamente como productor, músico y compositor en los tracks “Hombre al agua”, “Cae el sol” y “Canción animal”.
“La producción de este disco está entre las experiencias más gratas. Desde la época en que Gustavo estaba diseñando los demos, me invitó a construir letras y agregar sonidos. Fue una experiencia verdaderamente hermosa que a veces, en sueños, la recuerdo —por supuesto con esa otra realidad que los sueños contienen—. Canción Animal dejó huella en mi memoria y esa etapa para mí está repleta de anécdotas”.
Influenciados por la música electrónica, Daniel Melero y Gustavo Cerati se reunieron en el Estudio Supersónico de Soda Stereo para crear Colores Santos (1992). Este extraordinario disco contó con la participación de Flavio Etcheto (trompeta) en “Madre tierra” y Carola Bony (voz) en “Pudo ser” y “Colores santos”.
“Fue como jugar con la música todo el tiempo, jugar a la música inclusive. Yo siempre creo que en inglés el hecho de decir play music es mucho más interesante que andar tocando música. Es un material que es muy difícil de tocar, ni siquiera es un fluido. Nosotros nos divertimos mucho jugando a la música, ese fue el proceso. El disco existió porque eso que nos divertía también nos pareció que era de valor”.
Como músico y productor, Daniel Melero ha participado en centenares de discos. Incluso, se le considera padrino de varias bandas de la denominada Movida Sónica como Juana La Loca, Babasónicos, Los Brujos y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Me considero más un compositor que músico. Antes de tener un álbum con mi propia banda [Los Encargados] fui productor de discos de otros grupos que, de alguna forma, también circulaban por mi casa o por lugares donde nos encontrábamos por la noche. Así que para mí, ser productor o ser compositor forma parte de la misma corriente. Como productor siempre trato de asociarme con artistas de corrientes muy distintas a las de mi pensamiento porque justamente encuentro mi rol como productor. Si entiendo que hay arte, me interesa que aquel artista se parezca más a sí mismo a que si yo hubiera estado ahí. Hay muchas clases de productores. Algunos crean productos que son como chorizos y que justamente todos tienen el mismo sonido, porque el productor tiene el sonido. Yo trato de ser un catalizador, hacer que los fenómenos ocurran con más velocidad, con certeza y alegría”.
Conga (1988), Cámara (1991), Travesti (1994), Piano (1999), Tecno (2000), y X (2009), son algunos materiales que forman parte de su extensa discografía como solista, pero con Supernatural (2011) ocurrió algo diferente: fue grabado en tan solo tres días con la ayuda de Tomás Barry (guitarra), Félix Cristiani (bajo) y Silvina Costa (batería).
“Yo creo que el estudio de grabación tiende a hacernos perder el hilo conceptual de lo que se quiere decir. También sucede en las grabaciones hogareñas por el afán de tener un cierto tipo de perfección que tiene que ver con los miedos y las vergüenzas. Solo hace falta reunir a un equipo de personas que pueda comprender lo importante que queremos crear. No se trata tampoco de ir super ensayados, a un estudio uno tiene que ir con cosas pequeñas y concisas, tiene que estar listo para los sucesos que acontecen para verlos como oportunidades y no como errores.
A pesar de que teníamos todo lo necesario, por supuesto que hubo —como en todas las grabaciones— momentos medianamente traumáticos. Cuando estás grabando uno siente que está eternizando algo, creando una eternidad breve, una eternidad humana.
Fue muy entretenida esa grabación y se convirtió en un punto de partida para hacer más con cada vez menos elementos. Aprovechamos el mejor recurso que podés tener en un estudio de grabación que son las personas que están ahí. Estar atentos a las ideas de otros, siempre te pueden llevar a un nuevo camino.
Este disco es fundamental para todos los discos posteriores porque están construidos con base en este criterio de juntar a artistas en el estudio. De funcionar con inmediatez sobre ideas muy básicas”.
Finalmente, Daniel Melero envió un mensaje a los lectores de Indie Rocks!. “Quiero agradecerles por tolerar estas palabras ¡hasta pronto!”.