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WARP / 2020
Daniel Lopatin lleva varios años en el mundo de la música, destacando sus originales técnicos de sampleo y producción. Oneohtrix Point Never, es quizá su faceta más fructífera dónde ha permitido la creación de mundos y ambientes con rumbo futurista, contrasten con las herramientas llenas de nostalgia que usa: audios perdidos, éxitos olvidados, entrevistas y comerciales, siempre dejando una puerta con vista al pasado.
Ya sea como productor de artistas como Anohni, remixer de iconos como Nine Inch Nails o creador de bandas sonoras (Uncut Gems le valió reconocimiento en el Festival de Cannes); el artista ha sabido balancear ambos mundos y mantenerse en la delgada línea entre lo comercial y lo underground, que le permiten no tener límites al momento de entrar al estudio a componer.
Su nuevo disco hace un homenaje al primer trabajo que lanzó bajo el seudónimo Magic Oneohtrix Point Never, esta vez transformándolo en una excusa para presentarse de nuevo ante a su audiencia, pues el productor ha comentado los múltiples giros que ha tomado su carrera y por consiguiente su música. Aquí lo presenta como una experiencia que en la actualidad parece ser poco valorada, e incluso ignorada por las nuevas generaciones: la transmisión de la radio, específicamente la señal FM.
MOPN es un producto que por momentos mantiene la experimentación de sus primeros trabajos y por el otro coquetea con una paleta de sonidos mucho más limpios y por ende más accesibles para el público que recién se acerca a su música. Esto se puede apreciar en el track compuesto al lado de The Weeknd: “No Nightmares”, una balada etérea, qué, aunque no aprovecha el protagonismo de la voz de Abel Tesfaye, si crea uno de los momentos más hipnóticos del disco.
Los interludios del disco, marcan el ritmo emulando el cambio de programación: ya sea como forma introductoria, como un descanso o como canciones que no necesitan más minutaje. Esto se aprecia en “Shifting”, tema en el que Arca muestra lo expresiva que puede ser su voz aún con la capa de sintetizadores que la acompañan.
Los puntos más altos en solitario se encuentran en “The Whether Channel”, seis minutos de un pronóstico del tiempo que va creciendo poco a poco, hasta que la distorsión invade los beats del inicio. Mientras que el combo entre “Answering Machine/ Imago” nos remite a los mejores temas de trabajos anteriores.
En “Long Road Home”, Caroline Polachek se convierte en mitad espíritu, mitad inteligencia artificial, en una canción que bebe de lo mejor del vaporwave, pero que mantiene el toque orgánico a través de sus cuerdas. A veces en polito automático y por momentos arriesgado como siempre. Un disco de transición que da entrada a su misterioso universo musical.