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Sonoridad: rapeando por nosotras

Sonoridad: rapeando por nosotras

En un contexto cultural, el lenguaje le da forma a la experiencia. a forma a la experiencia. En un contexto cultural, el lenguaje le da forma a la experiencia. a forma a la experiencia. a forma a la experiencia.

Rebeldes de inicio, el rap y el spoken word son un escalón hacia un arte que brinda un mayor reconocimiento del activismo y la protesta a través de proyectos que incorporan y se desarrollan en diversas disciplinas, exploran rangos dinámicos de la voz y comprometen los matices del habla para retar el canon dentro de la poesía.

Presentes desde el inicio de la contracultura, los micrófonos se han abierto cada vez más para las mujeres, de ahí surgieron los Monólogos de la vagina y experimentos que siguen innovando la narrativa a través de la palabra. Tan solo este año Alison Mosshart y Lana Del Rey presentaron proyectos de spoken word, combinando el sonido con la palabra escrita y las imágenes. Tanto Sound Wheel como Violet Bent Backwards over the Grass son parte de materiales más ambiciosos, mezclados con un panorama donde las mujeres tienen una voz potente, se aferran firmes a cierta rebeldía, resistencia y revolución ante el odio, empaquetando la política en la palabra.

Se suman a esfuerzos previos como los de Kate Tempest, Uppa Tsuyo Bantawa y muchas otras creadoras que, a partir de la tradición oral, conciben poesía creada expresamente para declamarse ante un público, con el objetivo de llevar el ritmo de la palabra al impacto de la identidad. En algunos casos se acercan al estilo de los departamentos de literatura que se apropiaron del spoken word en la década de los 50, en otros están más cerca de la oralidad afroamericana de la época del Renacimiento de Harlem, popular a través del jazz y derivaciones como el soul, el funk y por supuesto el rap.

Palabras como hipster y punk tenían otro significado cuando Jayne Cortez inició su misión radical de combinar poesía con el jazz a finales de los 60, antes que Gil Scott-Heron. Si los beatniks se habían apropiado del arte de mostrar ideas complejas expresadas musicalmente, la artista y activista reveló polirritmos con su banda Firespitters, la más clara influencia de Sonja Sánchez, Tracie Morris, la jazzista Ursula Rucker, la poeta afro-punk slam Noname y hasta el desarrollo de la antología Word  Warriors: 35 Women Leaders in the SpokenWord Revolution.

 

Las formas y principios compartidos de la poesía hablada y el rap son muchos, fluyen sin intentar separar los géneros para definir su relación, su función y su historia. El enfoque siempre es subversivo y de transformación, su naturaleza directa sirve para transmitir mensajes urgentes de desigualdad y, aunque la conexión pareciera distante, en nuestro país se ha adoptado el slams y los micrófonos abiertos para transformar los espacios donde se desarrollan.

Las mujeres se han enlazado con el rap y el spoken word para ser escuchadas en canales expresivos no institucionalizados con discursos feministas autónomos. Han generado una nueva narrativa a partir del feminismo con colectivas como Batallones Femeninos, Las Hijas del Rap y Somos Guerreras, entre muchas otras.

Los espacios para la poesía urbana contemporánea se siguen abriendo, incluso la vida virtual nos ha acercado más al verso a través de proyectos como Perras Slam y Flowcihuatl de la colectiva Rita de Fuego, ésta última al sumarse al programa #GrrrrlsSounds del Centro Cultural de España en México se prepara para su tercer encuentro de micrófono abierto en modalidad #Resetsession.

Al platicar con la rapera y artivista Cabra Frenesí, una de las fundadoras del proyecto mixto Rita de Fuego y Flowcihuatl, expresa la necesidad de seguir generando espacios de freestyle, slams, dinámicas de chypher y literatura expandida para lograr una libre expresión, compartir sentires y experiencias a partir de creaciones individuales.

Con un año de trabajo con Rita de Fuego y diversos eventos de micrófono abierto, incluso virtuales, Cabra Frenesí descubre que “es una oportunidad para demostrarnos a nosotras mismas que tenemos el valor y la capacidad de hacer cosas extraordinarias. No hay limitantes. Me alegra mucho que más mujeres están tomando los espacios, cada vez más chicas toman el micrófono, eso es fundamental para lograr un cambio más profundo”.

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