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One Hot Minute, sexto álbum de estudio de Red Hot Chili Peppers, cumple 25 años al formar parte de una época que ni los mismos integrantes desean recordar. Cambios repentinos, adicción a la droga, crisis grupales y personales se reflejan en lo sucedido antes, durante y después de un álbum que no solo está compuesto por 13 canciones, sino que engloba el concepto de la ausencia a modo de declaración.
Dicen que para llegar a la cima tienes que tropezar muchas veces. En algunos casos, dichas caídas pueden ser estrepitosas. Antes de que el Californication (1999) rompiera esquemas y los consagrara como una de las bandas más importantes de rock alternativo de fines de siglo, Red Hot Chili Peppers tuvo un rápido ascenso de popularidad en sus producciones anteriores como fue con el Blood Sugar Sex Magik (1991). No obstante, esta fama afectó a uno de sus integrantes más representativos: John Frusciante.
Esto llegó muy pronto para el guitarrista, quien pasó de ser espectador de su grupo favorito a formar parte de él. En 1992 y con dos álbumes trabajados, el músico decidió irse de la banda en medio de un tour y volver a casa para continuar experimentando con drogas fuertes a las cuales recurría frecuentemente.
"Todo sucedió o mejor, todo parecía estar sucediendo a la vez y no podía soportarlo", confesó el guitarrista tiempo después. Tras una búsqueda de reemplazo, el baterista Chad Smith propuso a Dave Navarro, de la banda Jane 's Addiction. Al invitarlo a improvisar con RHCP, la propuesta se dio y, con ello, el cambio del sonido de la banda. La declaración ante la ausencia de John estaba propuesta, pero faltaba desarrollarla.
One Hot Minute (1995) o el ‘minuto caliente’, como se traduce el título al español, empezaba. Las grabaciones comenzaron en 1994 y, a su vez, la crisis del propio vocalista, Anthony Kiedis. Luego de cinco años sin consumir drogas, él recae y, con ello, las esperanzas de que el proceso de grabación se haga lo más rápido posible.
Las quejas de Dave al no entender el trabajo de la banda durante las sesiones también generan tensión e incomodidad. Trabajar con él no era lo mismo que con Frusciante. La ausencia se siente.
Una atmósfera lúgubre y melancólica se visibiliza desde la portada del álbum. Una muñeca con los ojos rojos nos recibe sonriente mientras ella toca el piano. Ella mira a una hada que toca la mandolina y que destella una luz que guía a la pianista quien continúa en su música a pesar de estar cegada por este momento ‘caliente’.
El contenido de sus canciones más representativas no se alejan de la temática mencionada líneas arriba. “Warped” es el tema con el que esta declaración a la ausencia inicia. La melodía recuerda, por momentos, a Jane 's Addiction. La voz de Anthony Kiedis da la impresión de encontrarse en una caja cerrada. Nos transporta al rock psicodélico, sin la intención de ponernos a mover como sucede con el funk que RHCP nos tiene acostumbrados. Pronto la potencia se asoma. Pese al cambio, el vocalista continúa en el trance. Esto cobra sentido si lo relacionamos a su dependencia a las drogas. "I'm pretending to be strong and free from my dependency/It 's warping me. (Estoy fingiendo ser fuerte y libre de mi dependencia / Me está deformando)" se sincera como parte de la letra.
“Aeroplane” es la excepción del álbum. Hay energía desde los primeros segundos a comparación de las 12 canciones que lo acompañan. Cabe destacar que ningún tema del One Hot Minute ha sido tocada en vivo después del tour del mismo nombre, solo “Aeroplane”, ya que es una época que ellos consideran oscura. Razones no le faltan.
“De todos nuestros discos, fue el que probablemente menos tocamos. No nos sentimos conectados con ese álbum, pero estamos muy orgullosos de él", señaló el baterista, Chad Smith, al ser preguntado por una fan. “Aeroplane”, a pesar de ser una canción alegre, se continúa hablando sobre la dependencia a las drogas de Anthony. “Había letras como: ‘Será mejor que alguien me abofetee antes de que empiece a oxidarme, antes de que empiece a descomponerse’. Eso es un grito de ayuda”, escribió en sus memorias.
“My Friends”, balada simpática que cumple con descubrir a los amigos del cantante de una manera sombría, es una de las favoritas de los seguidores de RHCP. Cuando la escuchamos, no podemos evitar pensar en lo que la banda, además de Anthony y John, estaba pasando. Flea afrontaba su proceso de divorcio, mientras que Chad estaba deprimido por la demora en terminar las grabaciones de este álbum.
Ese mismo año, 1994, uno de los amigos más queridos de Anthony fallece. Se trata de Kurt Cobain, líder de Nirvana. Como homenaje, Kiedis decide hablar del intérprete de “Smells Like Teen Spirit” en “Tearjerker”, canción que escribió apenas supo de su muerte. “Fue un golpe emocional, y todos lo sentimos (...). De alguna forma rara, él era amado, simpático e inofensivo”, afirmó tiempo después.
Más allá de las drogas, la crisis y la salida repentina de Frusciante, One Hot Minute también llega a un punto de inflexión en cuanto a su composición, debido a que Flea asume, por primera vez, el rol de cantante principal en “Pea”. “Transcending” y “Deep Kick” también tienen la esencia del bajista, ya que él se encargó de las letras. La ausencia de Anthony por su drogodependencia se vuelve más evidente.
Después de casi dos años de grabaciones, One Hot Minute salió el 1 de septiembre de 1995 como sucesora del exitoso Blood Sugar Sex Magik (1991). El disco llegó a ser certificado como oro y doble platino, pero no superó el nivel de ventas de su antecesor ni tuvo una respuesta positiva de los críticos de música. El tour comenzó a solo días de lanzar el material. Este paso también fue clave para la relación banda - nuevo guitarrista, puesto que él comenzaba a cansarse de la rutina, señales que acabarían en julio del 1997, cuando Navarro ofrece su último concierto con ellos. Meses después, en abril de 1998, Flea y Anthony lo despiden tras llegar drogado y desorientado a las primeras sesiones del álbum sucesor.
Dave aparecía tarde y era imposible comunicarse con él (...). La cosa salió fatal, porque Dave estaba drogadísimo, y aunque sabía que no había manera de que el grupo funcionase así, verbalmente la realidad le jodió lo que no estaba escrito", manifestó Kiedis en sus memorias. El grupo vuelve a entrar en crisis, pero, esta vez, había un plan en marcha desde enero de aquel año, cuando volvieron a hablar con la pieza clave y la gran ausencia en este ‘minuto caliente’: John Frusciante.
Han pasado 25 años desde que One Hot Minute salió a la luz en medio de las historias y experiencias oscuras de cada uno de los integrantes de Red Hot Chili Peppers. Esta escena lúgubre valora al álbum como íntimo, único y atractivo en la historia de la banda, sobre todo, si se conoce lo que hubo detrás de su concepción. Fue una declaración a la ausencia, donde los recuerdos y momentos malos se vuelven breves, de tensión, como minutos. En ellos evocan a los demonios que acechan a cada uno.