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Sargent House / 2020
Si Janis Joplin era llamada la bruja cósmica, podríamos erigir a Chelsea Wolfe como nuestra arpía cyberpunk, oscura diva, flagrante nébula endemoniada. Agradecemos enormemente su prolífica inventiva, levantamos altares a su voz y veladoras prendidas ante su presencia. En este verano maldito de encierro, cifras letales y riesgos de contagio, Self-Surgery de Mrs. Piss, proyecto de Chelsea junto a la multiinstrumentista Jess Gowrie, es un lamento necesario de tránsfuga y depuración de nuestros males. Los gritos que no podemos sacar por temor a ser etiquetados por la letra escarlata de la locura, porque tal vez mientras nuestros vecinos hacen yoga, resuelven sus conflictos a gritos u organizan sus enseres bajo la guía de Marie Kondo, seríamos tachados de maniáticos por escuchar tal música.
“To Crawl Inside”, como escarbarse a uno mismo buscando lo que nos aqueja, bienvenido al teatro de la demencia, donde las butacas respetan la sana distancia, que un susurro sea la guía y los riffs de “Downer surrounded by Uppers” te arrastren al pasado, a aquel sonido que Hole dudó en capitalizar (porque hay una gran distancia entre “Violet” y “Malibu”, o tal vez podríamos culpar a Billy Corgan), que Tairrie B logró grandiosamente con Manhole, Tura Satana y My Ruin pero que pocos conocieron (quizá ella era una Chelsea post-social media), o la versión wicca de Babes in Toyland.
“Knelt” y su esencia doom, las alas de un cuervo extendiéndose y surcando el cielo gris de Salem, veladoras negras atrayendo al olvido, que el fuego extinga los pasados dolores, que esta oscura letanía nos sirva de amuleto contra los planetas retrógrados y sus vicisitudes. El lento y álgido andar de la batería y los coros cual anunciación de mal agüero. “Nobody Wants to Party With Us”, ese ánimo electro-goth que nos hace preguntarnos qué fue de los Spooky Kids de Marilyn Manson, qué estaría haciendo actualmente Mindless Self Indulgence, una especie de The Knife con guitarras en lugar de moogs.
“M.B.O.T.W.O.”, las influencias y el desagravio, cómo con tan poco puedes crear tanto, cómo es que un dueto aniquila una sinfonía, la esencia punk de no pasar de los 2 minutos de canción, “You Took Everything”, en el estricto sentido creativo, y se combina inconscientemente, toda esa música que curte permanece: un oscuro riff de Black Sabbath, el discreto doble bombo que en su estado natural da el ímpetu combativo al thrash, y la voz de un ángel caído que lamenta su condición de exiliada del paraíso.
“Self-Surgery”, una versión diabólica de Jack y Meg White, lenta y amarga, de luto antes que de energía, una pizca de Veruca Salt, The Donnas en Halloween haciendo sacrificios con gatos negros en vez de pedir dulce o truco. “Mrs. Piss” da nombre a este infalible dueto y a la última canción de este álbum que más que un experimento parece una necesaria distracción, salir de lo habitual, la zona de confort que se convierte en cenizas. El Grrrl Power tan necesario en estos tiempos donde el cobarde enemigo está en casa, en las calles, y en las redes sociales, pero el empoderamiento en todas sus formas siempre será superior. Más monumentos manchados con pintura, más protesta antes que silencio, más auto-cirugía antes que esperar que el acomodo de los astros nos salven, más discos como este para rabiar antes que quedarnos callados y seguir las tendencias. Cierra el Tik Tok y escucha a Mrs. Piss.