Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
La primera vez siempre es especial y esta ocasión Years & Years recordará dicho momento en México por mucho tiempo. Con una puntualidad a la que no estamos acostumbrados; Olly Alexander, Mikey Goldsworthy y Emre Türkmen subieron al escenario ante un público que minutos antes ya estaba coreando el nombre del líder de la agrupación.
Glitter, outfits coloridos y mucha actitud fueron la clave para que la noche se tornara mágica. Con unos visuales en los que podíamos ver reflejados ciencia ficción, espiritualidad e identidad era de esperarse que la velada sería inolvidable.
“Sanctify” abrió la noche y Olly subió al escenario con una alta carga de energía, misma que se complementaba con los gritos ensordecedores de los fans mexicanos que para eso se pintan solos.
Desde el primer momento que Olly pisó la tarima del venue de La Condesa, su ropa llamó la atención. Una bermuda de tipo charol y una playera que simulaba ser un tatuaje elaborado confundió a más de uno.
Con “Shine” y “Karma”, la gente comenzó a empujarse hacía el escenario ya que todos querían tocar al vocalista, mismo que estaba dando muestras de cariño. Recibió obsequios y también se tomó una selfie con una fan que se lo pidió mediante una manta.
La altura en México siempre ha sido un tema para los artistas de otros países y aunque Olly Alexander no dejaba de bailar de manera sensual y enérgica llegó un punto en el que le ganó un poco esta situación, pero no pasó nada grave.
En cada oportunidad que se presentaba, el también productor, agradecía al público su energía y se sorprendía de que todos interpretaban las canciones al grado de declarar que lo “harían llorar” de tanto amor que le ofrecían.
“Eyes Shut”, “Gold”, “Desire”, “Palo Santo” y “Hallelujah” fueron el clímax del show que nunca se apagó. Otra cosa que llamo la atención eran los coristas que traían una actitud de pasarela la cual contagiaba de buena vibra.
El encore había llegado para cerrar con “Play” y “King”, temas que convirtieron el recinto en una gran pista de baile. Aunque el show fue corto y terminó temprano, fue suficiente para dejar satisfecho al público que se la siguió en los diversos bares ubicados en la zona.