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Cultura Profética en el Teatro Metropólitan

Cultura Profética en el Teatro Metropólitan

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Teatro Metropólitan

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Sobrevolando: Cultura Profética en el Teatro Metropólitan.

Sí. Una vez más lo hizo, la rompió. Cultura Profética abrazó ya a nuestra gente sin clasificarla, sin separarla, sin dividirla. Fue una noche en donde se sintió que cada canción estaba dedicada, basada e inspirada a nosotros, de verdad. Y quizá no sea tan lejano mi sentir, pues cuando de música se trata, ninguna bandera nos separa.

La sensación de llegar a la Av. Independencia y ver en grande el nombre de la banda más representativa del reggae puertorriqueño es inaudita; el erizar de mi piel lo puede explicar mejor. Cultura Profética vibró el pasado domingo a la CDMX en el recinto estelar del Teatro Metropólitan.

Con esa tipografía irreconocible de la agrupación, el nombre de la banda se proyectó en el fondo del escenario respaldando el inicio de lo que se prometía, como cada año, un espectáculo de paz y baile. Omar, Juanqui, Eliut, Bebo, Víctor, Willy y todos los que integran Cultura, se postraron frente a un Teatro lleno en su resplandor, y no solo de personas, sino de potentemente palpitaciones entrañables. Con aplausos sin terminar, gritos y sollozos, los músicos se ubicaron en sus posiciones para, sin perder un segundo, arrancar: “Sobrevolando” fue el inicio –el “bebé” que se presumía en sus redes a principios de septiembre y que tendrá su presentación oficial el próximo 1 de noviembre–.

La lluvia de éxitos comenzó a desbordarse. Disfrutando su encantador acento, la música que ha llevado a la gloria a Cultura Profética tocó el corazón de los presentes y sus propias ganas de no dejar de cantar: “Baja la tensión”, “Ritmo que pesa”, “La complicidad” y “De tope al fondo” fueron los principales que pusieron en la mesa para recordar los bellos inicios de los artistas. Brincando, entre acordes ricos y suaves, a fragmentos de divinas letras como “Para estar”, “De antes”, “Ilegal” y “La espera”; perfectos para corazones que necesitan alimentar su amor por lo que puedan amar.

La buena voluntad y la resistencia por el entorno se sintieron seguros en más de 150 minutos gracias a “Nadie se atreve”, “Love & Happiness” y “Sube el humo”. La noche estaba puesta, estaba intensa. Las buenas vibras se respiraban desde arriba hasta el escenario; los cantos, los gimoteos, la euforia, todo estaba tangible allí. No hay duda que Jah se sentiría agradecido. Willy –con su look sencillo y cómodo– hizo de nuevo suyo el escenario logrando transmitir el amor que todo sentimos por la misma música. Él, ellos, nosotros, todos nos sentimos vivos y complacidos.

No podía faltar su más reciente éxito “Caracoles”, incluyendo sus temas más subversivos como “Saca Prende y Sorprende” e “Ideas Nuevas” para poder completar un cierre esperanzador, libre y amoroso. Tanto Cultura como todos nosotros que profetizamos su ideal musical, agradecimos sigamos de pie, respirando y libres… por lo menos musicalmente.