8
Dualtone / Decca / 2019
26/Sep/2019
The Lumineers nos tiene acostumbrados a contar diferentes historias a través de sus canciones y este álbum no es la excepción. III no solo es titulado así por ser el tercer material de larga duración de la banda. Sino que está dividido en tres capítulos que cuentan la historia de tres personajes. Cada uno pertenece a la familia Sparks, que a su vez son la ficción de personas cercanas a Wesley Schultz, vocalista de la banda.
III se logró bajo la producción de Simone Felice a través de la discográfica Dualtone / Decca. Por lo que The Lumineers hace notoria lo imprescindibles que son desgarradoras cuerdas de la guitarra, lo rítmico de los panderos, la densidad del piano y algunas notas danzantes del violín. Durante 50 minutos podemos percibir la madurez de la banda y la capacidad de disfrazar los sentimientos a través de sus melodías.
El primer capítulo nos habla de Gloria Sparks. Comenzando con “Donna”, una canción ambientada por piano oscuro y fúnebre siendo así el intro perfecto para el álbum. La historia comienza a tomar vuelo en “Life in the City” que, si se presta atención al ritmo y tiempo de la canción, es la continuación de "Sleep On The Floor", haciendo referencia a dejar tu lugar de nacimiento. Finalmente cierra con “Gloria”, una historia de alcoholismo y adicción, pero con la rítmica perfecta para reflejar una irónica alegría a lo largo de la canción.
El siguiente capítulo muestra a Junior Sparks. Abre con una canción de fogata “It Wasn’t Easy to Be Happy For You”, con la melancolía de un corazón roto. Seguida por “Leader of The Landslide” un tema que podría percibirse como acústico pero que en el clímax toma fuerza para reclamar todo aquello que le fue arrebatado a causa de las adicciones. El ciclo de cierra con “Left for Denver” en la que una voz se arrastra ante los rasgueos y slides de la guitarra que terminan por transformarse en fuertes golpeteos.
“My Cell” introduce la historia de Jimmy Sparks, con notas danzantes que armonizan la canción. Así como notas de piano que gracias al eco terminan por provocar un estruendo. “Jimmy Sparks”, por su parte, tiene un estilo country, en donde el único protagonista es el relato, enfatizado por el violín que ayuda a cerrar la historia. Finalmente aparece “April” una pieza instrumental que ayuda de puente a la canción final.
Con “Salt in the Sea” las historias que en algún momento se entrelazaron, cierran el ciclo con ayuda de un piano apresurado y estruendoso. Al estar cerca del final, nos sorprendemos tras la resolución de las notas y la firmeza del tema.
Para completar la obra, The Lumineers incluye “Democracy” el tema más largo del álbum y una balada al poema de Leonard Cohen. Continúa con “Old Lady” una canción tranquila y solemne que funciona como oda. El último de los bonus tracks en “Soundtrack Song” que parece improvisado, pero tiene producción en el fondo narrativo de la canción. Estos últimos temas fueron producidos por los integrantes de la banda Wesley Schultz y Jeremiah Fraites.
Si bien es una de las mejores producciones de la banda, en el que la madurez de la narrativa es uno de los personajes principales. Sin embargo, aún queda mucho por resolver para dar dinamismo y opacar un gran trabajo por la monotonía de los ritmos.
8
Roadrunners Records / 2019
25/Sep/2019
The Nothing es el décimotercer disco de estudio de Korn, que al igual que hace 25 años, sigue entregando lo que mejor saben hacer: desnudar el dolor con ritmos agresivos y sonidos lúgubres e intrigantes.
El viaje inicia con “The End Begins”, track de un minuto y medio que delata el sentido del álbum. El elemento principal: las gaitas que se mezclan a la perfección con el sollozo de Davis.
“Cold” y “You’ll Never Find Me”, los sencillos del álbum, nos regalan al clásico Korn, la misma potencia en la voz y guitarras punzantes, una actualización de cualquiera de sus éxitos de finales de los 90 con una vitalidad genuina, no solo por mantener la relevancia.
“The Darkness Is Revealing” e “Idiosyncrasy” continúan con la misma línea, estableciendo lo que ya había quedado claro, la banda californiana no piensa alejarse de su sonido característico, lección aprendida en producciones pasadas. “The Seduction of Indulgence” nos saca del camino con un ambiente intrigante, de peligro, mucho más cercano a la experimentación, pero sin divagar.
La segunda parte del disco tiende a presumir más de la melodía, tanto en las vocales como en sus riffs. “Gravity of Discomfort” y “H@rd3r” sobresalen por aportarle vivacidad a un recorrido que empezaba a tornarse monótono.
“Surrender to Failure” cierra el disco tal cual broche. Una continuación de la abridora. Davis desfoga su dolor para desplomarse lentamente confesando “I failed”, mientras el llanto lo deja sin aliento.
The Nothing es una carta de dolor, son confesiones, son heridas al rojo vivo cauterizadas por los riffs. Jonathan Davis es la estrella de esta producción. Su voz no ha perdido el tono ni el poder que cautivaron en sus inicios añadiendo que sus letras se nutren de la pesada carga emocional de una vida trágica que en últimos años se ha vuelto pública.
La voz de Davis es la que nos lleva por el viaje emocional: incertidumbre, dolor, resignación. La intensidad y agresividad en oposición a sus lamentos es lo que le da poder a cada uno de los tracks. La excelente instrumentación, y el buen momento sónico que pasa el resto de la banda enfatiza esta sensación.
Los fans del metal estarán complacidos con The Nothing, un disco que está hecho como los de antaño, para disfrutarse por completo, no por sencillos. Los fans de Korn estarán felices porque el aura cósmica y sónica que los unió en sus inicios y los impulsó como precursores del rap metal, ha vuelto revitalizada, con nuevas fuentes de inspiración y sin señales de que vaya a parar en un futuro cercano. Con The Nothing hay Korn para rato.
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Avisos