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King Gizzard & The Lizard Wizard — Infest the Rats' Nest

9

King Gizzard & The Lizard Wizard
Infest the Rats' Nest

Flightless Records / ATO / 2019

Artista(s)

King Gizzard and the Lizard Wizard

Tiempo de cambiar de piel y de aumentar los decibeles con la incursión de King Gizzard & the Lizard Wizard en el thrash metal.

El concepto de género en la música cada vez es más ambiguo y reduccionista, los australianos King Gizzard & the Lizard Wizard lo saben y, a pesar de que se han hecho de un nombre principalmente dentro del resurgimiento del rock psicodélico –en compañía de bandas como Tame Impala, Pond o Temples–, encasillarlos sería un error.

Para su quinceavo álbum de estudio, el septeto incursiona en el thrash metal apenas unos meses después de que nos entregó su mezcla de country, boogie-rock y electrónica con el divisorio de opiniones, Fishing For Fishies. Es uno de los efectos de escuchar la discografía de King Gizzard, de un disco a otro puede sonar a una banda completamente diferente.

Si se siente como una banda más reducida y con un sonido menos amplio al que nos tienen acostumbrados es porque el álbum lo grabaron únicamente Stu Mackenzie (vocales, guitarra, bajo), Joey Walker (guitarra, bajo) y Michael Cavanagh (batería), este último sin su usual compañero Eric Moore en la segunda batería.

La influencia de Metallica es lo primero que salta al oído desde el tema uno, esa tarola tempestuosa y reticente, esas guitarras desbocadas, aderezadas por vocales rasposas y llenas de furia suenan familiares, pero es una cara nueva de la agrupación que alzará más de una ceja y es por mucho lo más agresivo que han sonado en su amplia discografía.

Escape del agonizante planeta Tierra y el nido de las ratas

“Planet B”, primer sencillo del disco, es un tema perfecto para preparar el terreno, en su trabajo anterior la agrupación tocó el tema del problema medioambiental con “Plastic Boogie”, pero esta vez la angustia y el llamado de auxilio por un planeta moribundo es un tema recurrente. “El único modo es la colonización / El éxodo de la población / No hay un planeta B”, ruge el vocalista Stu Mackenzie haciendo su mejor imitación de James Hetfield.

“Mars For The Rich” nos transporta a la visión pesimista y apocalíptica de King Giz, un mundo donde los pobres ansían emigrar al paradisíaco planeta rojo reservado para los ricos tras la desolación y el agotamiento de los recursos de la Tierra.

La historia de viajes interplanetarios continúa en la segunda mitad de este disco, aquí nos ponemos en la piel de un grupo de sobrevivientes de la Tierra, quienes buscan emigrar a Venus. Los dos temas nombrados tras el segundo planeta del sistema solar son los más voraces y, a partir de ritmos desquiciados y solos de tapping, nos narran los intentos desesperados de este grupo por huir de la tierra.

"Perihelion" con su malévolo sonido ofrece una versión terrorífica de la travesía espacial como método de supervivencia mientras los viajeros se aproximan al sol, solo para perecer ante sus rayos despiadados y convertirse en una bola incandescente en "Self-Immolate" con sus guitarras que sollozan en medio de una marcha iracunda y, finalmente, encontrarse atrapados en el infierno en el tema que cierra el disco en una nota angustiosa pero sin perder el ímpetu, “Hell”.

Sangre, horror y gusanos espaciales

Momentos como “Superbug” nos remiten a Black Sabbath con esa aura bluesera pero perversa que a la vez tiene una pizca de stoner rock. Infest the Rats' Nest es un disco que no te brinda un respiro, sino que mantiene la adrenalina al tope de principio a fin, las guitarras junto con la batería son un motor furioso que no para de rugir, mientras que los solos incendiarios de “Venusian 1” y “Venusian 2” constituyen un peligro para quien ose poner este álbum mientras conduce.

La portada y las letras del disco nos remiten a aquel cine de ciencia ficción y terror de serie B que privilegia la sangre a borbotones, las vísceras, los efectos baratos y el factor escalofriante. “Organ Farmer” convierte la industria de la carne en un espectáculo de horror, mientras que en “Superbug” la banda apunta a aterrorizar con historias sobre parásitos infernales, de forma similar a “Acarine” en su placa pasada.

Con este trabajo, King Gizzard & the Lizard Wizard no reinventa la rueda en cuanto a heavy metal ni nos brinda nada que no haya hecho Metallica, Slayer o Megadeth en el pasado, pero no tiene que hacerlo. Más bien, Infest the Rats' Nest es una excelente incursión del grupo en otro género, uno más que tachar de su lista que a la fecha incluye rock psicodélico, garage, blues, country, folk, jazz, entre otros, y que probablemente seguirá expandiéndose en el futuro.

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Lower Dens — The Competition

5

Lower Dens
The Competition

Ribbon Music / 2019

Artista(s)

Lower Dens

07/Sep/2019

The Competition de Lower Dens: muchas ambiciones y pocas virtudes.

Las posturas políticas en el arte son complicadas. Para que el efecto del mensaje en el consumidor sea acertado se necesita de cierta astucia y hace falta alejarse de los extremos. Ser sutil e inteligente. Lower Dens es uno de esos grupos que lo había entendido bien en sus primeros discos y que sabía que para desarrollar una serie de posturas era necesario hacerlo con cautela y con algo de maestría. Su nuevo disco, sin embargo, es todo aquello que habían evitado para triunfar.

The Competition se presenta como un manifiesto más que un producto artístico. Hace falta voltear a ver el nombre de algunas canciones para darse cuenta: “Young Republicans”, “Hand of God”, “Lucky People”; el grupo parece más preocupado por levantar la voz que por hacerlo con creatividad. Al escuchar el disco queda claro que la víscera es aquello que ganó en la batalla.

Es una colección de canciones llena de aquellos extremos que se deberían evitar. Se trata del disco más sintético de Lower Dens, sus aproximaciones al Roxy Music de los 80 no se sienten como una influencia para crear, sino como una figura a la que habrán de rendir tributo. Canciones como “Galapagos” o “Simple Life” sacrifican la construcción atenta por una inmediatez sin tacto. Y, si la música es la puerta de entrada, todo lo demás corre por el mismo camino.

Las letras de The Competition son las más agresivas que ha escrito el grupo en toda su historia, pero también las menos imaginativas. Si en las melodías iban directo al neón, en las letras el punchline no es presentado por un contexto. “Born without souls or blood or skin, We’re young republicans”, dicen en “Young Republicans” y el verso se siente más como una falta de inteligencia que como un verdadero acto de resistencia. El resto de las canciones, para la mala suerte de aquellos que lo aplauden, comparte las carencias.

Sin embargo el espíritu del grupo se deja mostrar en algunos momentos. The Competition tiene canciones que lo dejan mostrarse como el valiente experimento que solía ser. “In Your House” es una balada que parece no tener desperdicio al cerrar el disco y “I Drive” es un ejemplo de que el poder sintético de Lower Dens puede hacer cosas importantes si sus expectativas están en los lugares correctos.

En un año en el que una de las películas más exitosas se vende como una voraz crítica al estado social y político del mundo para entregar un tibio y débil ejercicio de creatividad, encontrar un disco como The Competition no parece tan extraño. Si hay algo que éste y Joker comparten son sus grandes ambiciones y sus pocas virtudes para sostenerlas. Las posturas políticas en el arte son complicadas y Lower Dens, por lo menos en este disco, ha caído en la trampa más común de todo el experimento: el no ser lo suficientemente inteligente para exponerlas.

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King Gizzard & The Lizard Wizard — Infest the Rats' Nest