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Por el número y la relevancia de los festivales –basta recordar el SXSW–, así como por la popularidad turística de la Dirty Sixth Street y la variedad de clubes nocturnos –ejemplo de ellos The White Horse y King Bee Lounge–, se considera a Austin como la capital mundial de la música en vivo y como sede de bandas de psych rock que buscan dar resonancia al legado de 13th Floor Elevators.
Por supuesto el valor cultural de Austin va mucho más allá de lo que Terrence Malick retrató en las escenas de Song To Song (2017), pues además de ser un sitio referente para la trayectoria artística de Iggy Pop y John Lydon, alberga proyectos independientes que buscan dar continuidad a las tradiciones musicales de la región. A la par de la toma de la batuta del soul por parte de Tameca Jones y Jackie Venson, el trío conformado por Nick Cornetti, Will Ellis y Mike Hardin se presenta como “un combo de Black Sabbath, Motörhead, The Stooges y Mutoid Man”.
Desde la perspectiva de los integrantes de American Sharks, lo más característico de la escena musical de la capital texana es que. “A pesar de que la mayoría de las bandas fija como meta el psych de mediados de los 60, cada una tiene su propia vibra. Hay muchos grupos de punk y metal, pero cada quien con lo suyo”.
Además de estar de acuerdo con las descripciones de Bearded Gentlemen Music y Rock n’ load -a punk cum metal band Nick y Will declaran que el ADN de American Sharks estaría incompleto si se omitieran la depresión post tour y el balance entre el espíritu fiestero y el compromiso que tienen con su público.
“Enfiestamos muchísimo. No podemos evitarlo, así comenzó la banda. Eso sí, cuando estamos de tour no podemos enfiestar tanto ni todas las noches. Tenemos una responsabilidad con las personas que nos van a ver. Tratamos de mantener una relación de 50/50”.
A diferencia de lo que sería para otros músicos (por ejemplo, Jamie Hince) “el momento más anhelado”, volver a la rutina -que para ellos significa dormir en su propia cama y sentarse a tomar una copa de vino con tranquilidad- se presenta como una transición complicada pues implica “no ver a tanta gente “ y, por lo tanto, “no compartir de forma colectiva la energía a la que se vuelven adictos durante tres meses”.
“Volver a casa puede ser algo duro o al menos lo es para nosotros", expresa Will quien -al igual que sus bandmates- considera que el mayor privilegio de la música como profesión es la conexión que establecen con personas de distintas partes del mundo.
“Nos consideramos afortunados por viajar mucho y conocer personas que nos dan su opinión y comparten sus ideas. Siempre encuentras a alguien que vale la pena. Estamos seguros de que si nos dedicáramos a otra cosa, nuestras oportunidades de conectar de manera tan íntima serían muy pocas. Definitivamente la situación no sería similar a la que tenemos actualmente”.
Durante los últimos meses, los integrantes de American Sharks empalmaron sus salidas nocturnas con el acompañamiento a RED FANG y Black Elk en los escenarios y la escritura de las nueve canciones de 11:11 (2019). Al aludir al título del track final de su álbum debut, el trío adoptó “una visión más de estudio”. A diferencia de American Sharks (2013), la producción de temas como “KLUDU” y “The Fear” ya no se guiarían (exclusivamente) por la suerte de “poner todo en un CD”.
“Muchas cosas pueden surgir a partir de una broma. Después de Monster Baby and The American Sharks tomamos la decisión de formar nuestra propia banda. Comenzamos con cinco canciones en fiestas en donde solo había agua y cerveza. Nos tomamos las cosas en serio y cuando vimos la respuesta por parte del público, supimos que era tiempo de agendar fechas y pensar en algo que se acercara un poco más al formato de un álbum”.
Con el apoyo de The Ending Records, Nick, Will y Mike ampliaron su biblioteca musical a mediados de mayo. Además de la edición en vinilo, la promoción de 11:11 estuvo acompañada de un constante recordatorio: La merch es importante, ya que no solo es una forma de financiamiento, sino también sirve para apoyar el trabajo de artistas locales. “Para nosotros, la venta de camisetas y otros artículos (el más reciente es el weedwizard7) es una forma de compensar el consumo de nuestra música a través de servicios como Apple Music y Spotify”.
Por su parte, los integrantes de American Sharks no se asumen como una banda que “reserva mucho tiempo para charlar sobre cómo debe ser la imagen”. Para preservar su estilo -mismo que rescatan “no puede ser tan serio ni furioso”- suelen recurrir al trabajo de artistas que conocen la estética urbana o con los que mantienen una relación de amistad, tal es el caso de Johnny Akihito y Becky Cloonan.
Dentro de un ambiente hostil hacia el crear artístico, el trío considera que una de las formas de lidiar con las partidas presupuestarias en la administración de Donald Trump (por ejemplo la supresión del financiamiento federal a los Programas Nacionales para las Artes y las Humanidades ) es el apoyo mutuo entre músicos, artistas visuales, diseñadores y gestores culturales, ya que a partir de este “la burbuja de rechazo al mandatario puede ser más grande”.
Para ellos, después del 20 de enero de 2017 llevar en su nombre uno de los adjetivos más comunes de los discursos de los republicanos “ya no resulta divertido”, pues ya no están seguros de que exaltar la bandera de los Estados Unidos sea algo de lo que se pueda estar orgulloso. “En algún momento pensamos quitar el American. No es agradable vivir en un país en el que cada día sucede algo malo. Nunca estuvimos ni estaremos de acuerdo con Donald Trump o con el partido. Es una mierda lidiar con personas con esa mentalidad. Austin es como una burbuja, pero la mayor parte de Texas lo apoya”.
Durante sus visitas, los integrantes de American Sharks tratan de ser cercanos a las personas y los lugares. Recuerdan sus entrevistas y los espacios en los que tocan las canciones favoritas del público - entre ellas "Overdrive", "Let Me Go" y "Spare The Rod"-. La mayoría de las veces logran establecer una relación entre los clubes extranjeros y los locales. Al visitar el Caradura, no dudan en compararlo con el ambiente del Nightly Spirits.
"Nos gusta este lugar porque se parece a algunos de los pubs de Austin, la capital mundial de la música en vivo".