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Kranky / 2019
En el mundo del arte, Japón siempre ha despertado la admiración de todo tipo de artistas alrededor del globo. No es de sorprenderse: la cultura y el arte japonés han destacado a lo largo de la historia por su estilo único. Tim Hecker, músico canadiense de electrónica y ambient, tomó el riesgo de incorporar nuevos géneros y de experimentar con sonidos japoneses en Kanoyo, su noveno álbum, el cual fue muy bien recibido por la crítica. Ahora en Anoyo, vemos la continuación de su travesía por Japón, en la cual nos sumergiremos en lo más profundo de nuestra consciencia.
Para estos dos álbumes, Hecker trabajó con un grupo de músicos Gagaku (término que significa “música elegante”, un tipo de música clásica japonesa). Si en Kanoyo, Hecker nos transportó a una atmósfera más caótica, en Anoyo vamos a entrar en una ordenada. En un viaje místico de seis canciones, nos veremos envueltos en un aura contemplativa, instrumentalmente minimalista, con secuencias sonoras que se van elevando hasta llegar a un clímax, con espacios musicales que van creciendo y se llenan con la incorporación sutil de percusiones, tambores, cuerdas y sonidos electrónicos. Todo culmina en una pieza que llevará a nuestra mente a nuevos paraísos sonoros.
El género ambient tiene un lugar especial en la música. Es peculiar de escuchar, porque requieres estar en un estado de ánimo o en un momento específico para poder apreciar todos los sonidos, pero también lo puedes escuchar de fondo en tus audífonos en la oficina mientras pones un playlist de “música para concentrarse” y es curioso, porque hasta se te olvida que la estás escuchando, pero si le estás poniendo atención, quiere decir que ha captado tus sentidos y te has metido en una experiencia sonora sin igual y eso es lo que pasa con Anoyo.
En Anoyo, se unen sonidos de manera magistral y se formulan nuevas posibilidades musicales al incorporar el estilo Gagaku a la electrónica. Ninguna canción es igual: cada una es una experiencia donde brillan distintos instrumentos. Las canciones van evolucionando y sutilmente, como una danza perfectamente coreografiada, se van incorporando los elementos nipones, de una manera tal, que la mezcla de sonidos electrónicos y clásicos crean una experiencia sublime que hará divagar a nuestra mente. Es plausible cuando los músicos toman riesgos y dan buenos resultados.
Anoyo es un álbum que debes escuchar, una de las obras más ambiciosas y destacadas del extenso catálogo de Tim Hecker. Además, es su trabajo más accesible para que poco a poco vayas escuchando su discografía y disfrutes de este gran músico.