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La música que emana de la oscuridad muchas veces es difícil de digerir y comprender. No cualquiera se aventura a los meandros subterráneos que arden, por seducir a una víctima más a ritmo de: dark wave, EBM, post punk o synth pop. En nuestro país, desde los años 90 existe una sólida base de escuchas de géneros oscuros, y para mantener viva la llama de la maldad, este año llega a tierras mexicanas el festival Cloak & Dagger.
Cloak & Dagger tiene en su esencia el misticismo de las sombras, ya que una de sus más atractivas características es su nacimiento, no como festival sino como resultado de los experimentos de experiencias inmersivas realizadas en el exclusivo bar con el mismo nombre de Los Ángeles, idea de uno de los fundadores quién es nada menos que Adam Bravin, una figura conocida en la escena por ser miembro de She Wants Revenge.
La ausencia de luz desata los más bajos instintos, por eso para asistir a las fiestas de este bar se exige un gran discreción y se tienen ciertas reglas que no pueden romperse, para ingresar necesitas tener una tarjeta que te acredite como miembro o en su defecto, asistir como invitado de alguno de estos, la vestimenta debe ser negra de pies a cabeza, y al más puro estilo de Berghain en Berlín, no se permiten las grabaciones o fotografías.
Con todo lo anterior Cloak & Dagger trae a la memoria al mítico Studio 54, por su exclusividad y las celebridades que se observaban entre sus pasillos, pero tiene una gran diferencia: la música no es el acto principal de la noche. Los rituales inmersivos, literarios y casi cinematográficos que se realizan después de la hora de las brujas, se equilibran con los actos musicales que funcionan a modo de soundtrack.
Para celebrar el primer aniversario de este club en 2017, se organizó la fiesta Dusk Till Dawn donde durante dos días en los teatros más importantes de las costas californianas reinó la oscuridad. Se incluyeron instalaciones de realidad virtual, proyectos de arte y lo más importante experiencias en las que cada asistente –con ayuda de actores contratados– podía vivir su propia aventura al ritmo de The Jesus and Mary Chain, KMFDM o Cold Cave. Y fue aquí donde la idea de ser un festival cobró vida.
Contratar actores y narradores para crear una historia o un acertijo que resolver en medio de una fiesta parece una contradicción lógica, pero cuando nos vemos inmersos en paisaje industrial, con un túnel que gotea y pantallas que te hacen sentir a salvo de la lluvia, expandir la imaginación no parece del todo difícil y siendo honestos ¿a quién no le gusta un poco de misterio que le haga hervir la sangre? Después de todo, lo que pasa en Cloak & Dagger se queda en Cloak & Dagger.
Este festival no solo brinda a la audiencia actos que muevan sus cuerpos, sino también sus sentidos y pensamientos, llevándolos un paso al más allá con la ayuda de historias, dinámicas, y situaciones que le hacen frente a sus miedos y deseos. Permitiendo que la pista de baile, sea un lugar de sanación y liberación de demonios.
Cloak & Dagger surge de un concepto diferente que no se ha visto en nuestro país, pero ¿realmente llegará con toda la parafernalia que lo ha vuelto un ritual?. No es muy difícil imaginar el Frontón México convertido en una casa embrujada, pero la pregunta que más me intriga es ¿realmente este enfoque multidisciplinario puede funcionar en nuestro país?. Estamos tan acostumbrados a vivir de forma tan acelerada, que exorcizarse en medio de la pista de baile parece el único fin al asistir a un festival.
Todo alrededor de Cloak & Dagger se ha vuelto un misterio, desde su fecha cancelada del año pasado, como la expectación por lo que podamos encontrar el 23 de febrero al cruzar por la puerta. Pero se agradece el enorme esfuerzo y la visión hacia el lado musical oscuro que muchas veces se mantiene oculto, por el extraño miedo a dejar los lugares tradicionales de estos géneros como, El Real Under, el Centro de Salud o el Foro Bizarro que ha permeado hasta cierto punto, el crecimiento y la calidad de muchas de las fiestas y eventos de las almas vampíricas.
Para el próximo 23 de febrero el line up que nos espera se aplaude, ya que juntará a lo mejor de los sonidos de las penumbras con la sensualidad desbordante de She Wants Revenge, las ensoñaciones sonoras del post punk de The Soft Moon, la melodiosa voz de Tamaryn y el synth pop de Lust For Youth, banda que viene por primera vez y promete un show inigualable.
La comunidad oscura de nuestra ciudad y de nuestro país es sólida, merece un mayor número de festivales y shows de calidad que vengan a dejar un poco de su sonido misterioso. Tener a Cloak & Dagger es un gran inicio y un importante augurio para todos los amantes de la música que golpea a los oídos.