Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Fotos Michel Trevilla
Juan Son es un tipo bastante raro. Supongo que eso es lo que amamos de él.
Vestido con una especie de kimono verde neón y su chongo estilo Samurai, un look que él mismo bautizó como de “una época de oro futurista”, dio su esperado regreso a los escenarios mexicanos después de casi 10 años para presentar su nuevo material solista después de Porter.
Parte de su rareza radicó en su acto telonero Transgresorcorruptor, proyecto del productor de Juan Son y varios artistas más, Yamil Rezc, quién se encargó de generar una atmósfera de incertidumbre entre la audiencia con sus sonidos electrónicos que recordaban a un soundtrack de una película de terror.
La gente comenzó a chiflar presionando a Rezc a acabar su acto. Muchos fueron los comentarios acerca de esta presentación; la mayoría de ellos tratando de entender qué era lo que acaban de ver.
10 minutos antes de las 20 H. y ante un público desesperado por verlo, Juan Son salió a escena. La psicodelia era la reina de la noche. No solo era Juan el que iba caracterizado. La realidad es que también muchos miembros del público iban disfrazados generando una noche surreal.
La primera canción fue una versión acústica de “King Ludwig II” en donde Juan demostró su versatilidad y la agudez de su voz. Después comenzó a cantar el clásico “Cuervos” lo que enardeció a la audiencia.
Los que somos muy fans de Juan Son amamos su capacidad de arriesgarse y salir de su zona de confort. Sabíamos de antemano de esta sería una noche mágica ya que sería la primera vez que oiríamos completo su nuevo álbum y algunos temas clásicos de Porter y sus proyectos alternativos como AEIOU, lo que sí sucedió.
Entre canción y canción Juan nos contó anécdotas de su vida para todos los que nos preguntamos qué había sido de él en todos estos años.
Con temas como “Nada”, “Mermaid Sashimi” y clásicos de Porter como “Espiral” el concierto fluyó de manera mágica. La gente concluyó que Juan Carlos Pereda, Juan Son, no solo es un gran cantante; también es un gran bailarín. Con sus sugestivos movimientos de cadera hizo que la gente perdiera la razón. Gritos como “¡Quitate la toga Juan!” no tardaron en aparecer.
Al final el concierto cerró con “Siento”, primer sencillo de su tercer álbum y toda la gente entendió en ese momento que una sola velada era poco. Hacen falta más noches para tener y entender a Juan Son, un artista que no tiene interés en ser mainstream sino en arriesgarse y entregarse al arte.