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* La música y la política van de la mano de muchas formas. Sin embargo, en ciertos momentos, como las elecciones, la actividad musical aumenta desde muchos frentes. Ante el reciente proceso electoral que se vivió en México surge la pregunta, ¿cuál fue el rol de la música? Aquí se ofrece la primera de tres entregas dedicadas a reflexionar sobre la relación entre música y política en México.
Ser músico es un acto político. Pararse en un escenario es ya una declaración de principios. Pero en ocasiones los músicos hacen evidente una postura ideológica, por lo que el acto musical se vuelve activismo al querer incidir en la opinión de la gente con respecto a un fenómeno.
En México hay un largo historial de activismo musical. Por eso el Subcomandante Marcos lanzó en 1999 el comunicado A los musiqueros del mundo, agradeciendo el apoyo al EZLN. Pasó también con el Wirikuta Fest e infinidad de festivales y conciertos, así como con las iniciativas musicales para apoyar a los damnificados del terremoto del 19 de septiembre de 2017.
Puede ocurrir dentro o fuera del escenario y del estudio. Sin importar el género, los músicos pueden ser voceros de campañas, como ocurrió con Más música, menos balas, VIH no es una banda de rock y la reciente #Vámonosrespetando. También crean fundaciones y asociaciones con diversos fines, o lanzan movimientos, como #NowGirlsRule de Elis Paprika.
El artista es, al final de cuentas, una plataforma mediática, y la música uno de los principales medios de comunicación. Del boca en boca de los juglares, al manejo de redes sociales, los músicos forman parte de una red informativa que puede potenciar cualquier iniciativa.
Durante las elecciones los músicos tienden a usar sus plataformas para expresar su sentir y definir posturas. A veces se lanzan campañas, como la cuestionable, pero “bien intencionada” Tu rock es votar, la cual sentenciaba en 2006, “si no votas, cállate”.
En 2012 el #YoSoy132 consolidó una iniciativa para promover el voto informado y exigir transparencia mediática. El ámbito musical ya mostraba descontento desde antes, algo patente durante el Vive Latino en marzo de ese año. Pero si bien había acciones aisladas, faltaba definir una dirección y generar unidad.
Todo duró mes y medio. El 15 de mayo los 131 estudiantes de la Ibero lanzaron el video que detonó todo, exigiendo neutralidad en los medios. Ante esto, Chato (manager, promotor y ex integrante de Austin TV), Andrés Muñoz (Descartes a Kant), Javier Sánchez (en ese entonces integrante de Vicente Gayo), y quien aquí escribe, nos reunimos para definir algunas estrategias de comunicación para apoyar. Fue así que surgió #MúsicosconYoSoy132, sin buscar protagonismos, sin un branding elaborado, y con la única intención de invitar a los músicos a ser canales informativos del movimiento estudiantil.[1] Al respecto, Chato recuerda:
"Surge como necesidad de sumarnos y apoyar a los jóvenes exigiendo a los medios neutralidad ante la campaña electoral. Estábamos frustrados y veíamos con impotencia nuestra nula capacidad de organizarnos y hacer algo como músicos. En cuanto vimos el detonador de los estudiantes, y que varios medios los descalificaban, nos sumamos para viralizar sus demandas".
Por su parte, Andrés complementa. "La idea era comunicar en nuestras plataformas lo ocurrido, contrarrestar los ataques del equipo de Peña Nieto hacia los estudiantes. Hacer eco entre los jóvenes, que se comentaba decidirían las elecciones".
En su momento se vivió intensamente, pero a la distancia se percibe fugaz y está prácticamente en el olvido, como ocurre casi siempre con estas iniciativas. Todo empezó con una convocatoria invitando a que los músicos utilizaran sus redes sociales, conciertos y apariciones en medios para difundir las iniciativas del movimiento. No importaba el estilo musical, ni si se era profesional o amateur, mainstream u under. Se quería evitar protagonismos, por lo que se hizo constante énfasis en que no había una agenda oculta: #MúsicosconYoSoy132 era todo artista que quisiera sumarse y fuera afín a los ideales del movimiento estudiantil.
Soneros, raperos, poperos, rockeros e incluso músicos académicos se pronunciaron a favor del movimiento. Salieron canciones y videos, se armaron varios contingentes durante marchas y plantones frente a Televisa. Se realizó el Concierto YoSoy132 (donde el apoyo de ciertas personas generó controversia con respecto a una posible agenda partidista). Una semana después los estudiantes de la Ibero, el Másde131, organizaron el Festival132, al que también se le dio difusión. Natalia Lafourcade compuso “Un derecho de nacimiento”, muchos más artistas hicieron otras canciones. Finalmente, el 27 de junio se lanzó México #SOS132, campaña que coordinó la publicación masiva de menciones a cuentas internacionales de Twitter para solicitar el seguimiento del proceso electoral (en la que artistas como Cypress Hill, Yelle, Aterciopelados y Calle 13 mostraron solidaridad con el movimiento).
Varias actividades de #MúsicosconYoSoy132 fueron coordinadas en conjunto con los jóvenes que formaron @YoSoy132Media, así como con parte de un equipo que trabajaba en CasAzul, quienes después crearon Revolución 3.0 (y con los que empezó a haber fricciones, pues surgieron agendas tendenciosas). A la par, “misteriosamente” alguien lanzaba constantemente iniciativas apócrifas para invitar a marchar, lo cual generó ruido y desinformación con respecto a lo que planteaba el #YoSoy132, desgastando al movimiento.
También hubo sabotajes, como cuando se cerraron varias cuentas de Twitter porque “infringían derechos de autor” (alguien registró el logotipo inicial del #YoSoy132), o cuando Manuel Cossío creó el sitio apócrifo www.yosoy132.mx, el cual recopiló una base de datos de seguidores, además de difundir información falsa o descontextualizada con respecto al #YoSoy132, Saúl Alvidrez y el Concierto YoSoy132, cuestión que discutió Rodrigo Serrano, de Másde131, en el programa de Carmen Aristegui el 18 de junio. Al respecto, Serrano recuerda:
"Hubo mucha desinformación y aún falta contar la historia general. En la Ibero siempre nos dio desconfianza la participación de Epigmenio en el movimiento por sus vínculos con MORENA. Teníamos en general mucho miedo de estar chavos y de que esto pudiera ser tomado por un partido político […]. El surgimiento de Saúl fue paralelo al de la Ibero, y nosotros veíamos de pronto surgir iniciativas a nombre de 132 que nos parecían que sacaban raja política del río revuelto. En los medios existían problemas para entender el movimiento. Nos preguntaban a nosotros, como si fuéramos dueños, sobre tal o cual iniciativa, y contestábamos que no era de 131, sino de algún grupo independiente de 132, lo cual se cabeceaba como DIVISIÓN EN EL MOVIMIENTO con una clara intención de vender encono, de vender historias interesantes, ante lo que después llegaban otros grupos a decirnos '¿por qué nos desconociste?'", y se generaban conflictos.
El #YoSoy132 fue un movimiento paraguas, con ideales base, pero que por su estructura no podía controlar cada acción. Esto no significó que hubiera desunión o falta de organización, así funcionan los movimientos horizontales, se construyen sobre la marcha. Sin embargo, esto fue capitalizado por personas ajenas y con fines partidistas, confundiendo a la gente y desgastando al movimiento.
#MúsicosconYoSoy132 siempre tuvo claro el apartidismo del movimiento, por lo que hizo énfasis en que no se iba a actuar con otro fin. No se iba a utilizar la imagen de los músicos para promover otras agendas, algo que generó descontento con algunos personajes. Dependía de los músicos el difundir las iniciativas del #YoSoy132. Claro, hubo protagonismos, como el de Natalia Lafourcade y Carla Morrison, pero fue simplemente por su alcance mediático. Siempre buscaron visibilizar el movimiento, y a pesar de varios escépticos, nunca plantearon una agenda personal.
Por cuestión de espacio faltan muchos nombres y detalles sobre todo lo ocurrido durante ese mes y medio, así como lo que pasó después de las elecciones, por lo que pido disculpas de antemano (aunque no puedo obviar el gran apoyo de Natalia, Olga, Alejandra, Artistas Aliados, @YoSoy132Media, entre muchos otros). Sin embargo, surge la pregunta. ¿Qué consecuencias tuvo todo esto?
Nunca olvidaré la frustración que muchos seguidores mostraron después del resultado de las elecciones del 2012, pues sentían que no se había podido contrarrestar toda la desinformación. Para algunos era su primera elección, otros eran menores de edad, y todos cuestionaban el proceso electoral.
Ante el cuestionamiento de si había servido todo la respuesta siempre era la misma: los frutos nunca son inmediatos, sin duda se había sembrado algo que se haría patente durante las elecciones del 2018. Sí, no se pueden entender las recientes elecciones si no se contemplan las variables #Fakenews de Trump, el caso Ayotzinapa, la crisis de los medios de comunicación masiva en México, lo indefendible de la corrupción y violencia que se ha vivido a lo largo del sexenio de Peña Nieto, así como las redes de información que surgieron tras el terremoto del 19 de septiembre y el fenómeno de #Verificado19S.
Claro que los músicos se hicieron presentes de múltiples formas durante estas elecciones, algo que se discutirá en otra entrega. Sin embargo, es importante considerar que la generación de universitarios y preparatorianos que vivió el #YoSoy132 ahora se desenvuelve profesionalmente, y muchos en el ámbito periodístico. La exigencia de transparencia fue central en 2018.
¿Qué repercusión tuvo #MúsicosconYoSoy132? Quién sabe. Probablemente ninguna, o mucha, depende de muchos factores y de cómo se lea, pues seguro a alguien le generó algo. Lo único que se puede afirmar es que los músicos no sólo sirven como plataforma mediática, sino que sus composiciones hacen mucho más llevadera cualquier movilización. Lamentablemente, muchas iniciativas buscan aprovecharse de su imagen, razón por la que hoy día muchos desconfían de entrarle a tal o cual proyecto político.
* La siguiente entrega estará dedicada a cómo los políticos hacen uso de músicos y canciones para promover sus propuestas políticas, mientras que la última estará dedicada a discutir sobre cómo los músicos deciden expresar sus posturas políticas en México, por lo cual se recomienda leer, a modo de antesala, el texto Música en campañas electorales: la corrección política de los artistas, de David Rosas:
[1] Si bien lo que aquí se redacta se hace desde la subjetividad de #MúsicosconYoSoy132, cabe mencionar que durante el 2012 hubo múltiples iniciativas musicales en paralelo. Destaca, por ejemplo, todo lo que hizo el colectivo Artistas aliados, también en apoyo al #YoSoy132.