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Esperaba en una sala en la que un sillón y dos sillas eran complementadas con una mesa de centro que más bien estaba pegada a una pared. Entró con un poco de recelo y tomó asiento frente a mí: Nacho Vegas, con todo y sus 28 años de carrera me sonrió y después de un apretón de manos y un abrazo comenzó a contarme los pormenores de su nuevo disco y vida actual.
La sencillez e incluso timidez del originario de Gijón, España me hizo sentir en más confianza de lo que imaginaba podía llegar a experimentar justo antes de cruzar la puerta del edificio ubicado en la colonia Condesa donde nuestra entrevista tendría lugar. Nacho no es ningún principiante ni mucho menos un rockstar que ponga la imagen antes que su música y su manera de hablar me hace pensar más en un autor de literatura o un erudito que en un músico de rock. El interrogatorio comenzaba y con respecto de su visita a nuestro país Ignacio me decía. “Siempre que he venido, no solo por el carro que veo que recibo de la gente de acá, en México hay algo que envidio mucho con respecto de España, el colorido cultural y el arraigo de la cultura popular ya que en España y en Europa cada vez está un poco más globalizado y hay menos una querencia por la cultura popular. Para mí conocer las realidades sociales como las que vivís en México también es algo de lo que me llevo una gran lección” .
Es un entendido de lo que sucede en el mundo actual, de hecho es uno de los músicos con mayor atrevimiento político y con un arrojo que se deja entrever en sus canciones, comprende muy bien que no puede quedarse de brazos cruzados. “En realidad es mi papel en ese sentido. Hubo un proceso en el cual acabé decidiendo dos cosas que para mí eran importantes en mi vida: el compromiso político y mi oficio como escritor de canciones, para asociarlas de alguna manera y tratar de aportar. Sobre todo creo que la música puede ayudar a visualizar ciertos procesos sociales y ciertos movimientos que no tienen la visibilidad que debieran, porque hablan de temas que son verdaderamente incómodos que nos les interesan que se visualicen, como el racismo institucional que se vive en España y Europa –y que en México también lo hay con las fronteras–. No creo que la música sea punta de lanza de ningún cambio, pero creo que sí puede acompañar los procesos. La música habla mucho de la historia y la actualidad de los tiempos en los que fue escrita y creo que ese es el papel que más trascendente”.
Claramente el pretexto de esta entrevista era el lanzamiento de su nuevo disco Violética, un álbum doble (y vinilo triple) en el que deja atrás cuatro años de silencio musical y con el cual vuelve a darnos esa dosis de militancia y de romanticismo que ya es un sello del gijonés. Me cuenta un poco de su manera de abordar el material, de las dificultades que le supuso el llevarlo a término y de cómo se vuelve prácticamente loco al momento de armar el tracklist. Nacho es sincero y sus ojos se iluminan cuando las palabras que salen de su garganta resuenan con los sentimientos que están impregnados en cada una de las 18 canciones que componen uno de sus materiales más ambiciosos. “La finalidad no era que saliera un disco doble, pero cuando empecé a ordenar el repertorio me di cuenta de que tenía más canciones de las que creía, que las canciones venían de lugares muy diferentes, había pensado mucho en el oficio de escribir en estos últimos años y quería combinar miradas que –a pesar de que pueda parecer que son cosas muy alejadas– en realidad son cosas muy cercanas: la tradición, el folclor y la modernidad. Quería que mis canciones tuvieran una mirada a la tradición y que también miraran hacia la actualidad” .
Mientras hablábamos esperaba un té que jamás habría de llegar y me di cuenta de que eso es una constante en las letras de Nacho: hay una sensación de esperanza que nunca culmina, una búsqueda que parece infinita y por ello interminable. Vegas le canta al amor, a la humanidad, a las causas sociales, a los corazones rotos y a la gente que lucha todos los días por un futuro mejor. “Porque algo que aprendí los últimos años es que la trascendencia que puede tener la música en un sentido político no tiene que ver tanto con lo que la música dice, con las letras, sino con lo que la música hace… cómo vinculas tu música y cómo se relaciona esta con cierto proceso social”.
Casi al inicio de la entrevista nuestra charla deambulaba por temas como la actualidad en nuestros países y él se atrevió a hablar, desde su perspectiva, de cómo el feminismo es la fuerza política que ha de reestructurar el mundo que conocemos para que la realidad se más justa y plena. “Si quieres realmente una vía rupturista la tiene que liderar el feminismo porque la izquierda lleva años diciendo: ‘hemos perdido la calle, ¿qué vamos a hacer para recuperar las calles?’ y de repente llega el feminismo que además es un feminismo con perspectiva de clase, lo cual nos lleva a pensar en un panorama de esperanza en el cuál es el feminismo el cambio social que necesitamos”.
Para entender al Nacho Vegas que se sentó frente a mí y que presenta un disco como Violética hay que entender el camino que ha recorrido y el cómo se ha convertido en el artista y persona que es capaz de tomar protagonismo y hacerse responsable de sus declaraciones como solo él lo ha hecho. “Fue un proceso supongo para mí en la vida, lo importante son los compromisos que adquieren y el compromiso político siempre ha sido importante para mí. A partir del 15M y de las movilizaciones que hubo en España en esa época, creo un cambio de clima social en el que la política bajó a las calles y la gente empezó a tomar las cosas en sus manos. Eso se fue colando también en las canciones de aquellos años y decidí que esos espacios para la música y la cultura deberían de permear en lo que hacía y cantar y hacer canciones siempre lo hago partiendo de una materia prima que es la realidad. Por lo tanto hay una parte muy íntima, pero también muy social porque no es algo que vaya separado”.
Ya para terminar volvimos a conversar acerca de su reciente disco, la razón que nos llevó a tener una charla tan profunda en tan solo media hora, y al respecto concluyó. “Creo que no decides qué disco quieres hacer o qué canciones quieres escribir, más bien la realidad va moldeando todo y te va diciendo cómo hacerlo. En Violética hay canciones que tienen una voz en tercera persona, otras que tienen tintes de crónicas periodísticas. Me di cuenta de que tenía que hacer un disco largo, porque cuando quería compilarlo y hacer un álbum corto había huecos y cosas que no cuajaban, el disco cojeaba de algún lugar. Necesitaba que fuera un disco largo para que tuviera sentido y que funcionara dentro de su heterogeneidad”.
Sin más y con el cronómetro en números negativos salí de aquella sala donde quedaron tantos temas pendientes como tracks hay en Violética.