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The Magic Numbers — Outsiders

7

The Magic Numbers
Outsiders

Black Candy Records / 2018

Artista(s)

The Magic Numbers

En vías de readaptación.

La evolución no es asunto, ni un requerimiento necesario para todas las bandas, porque hay a unas que simplemente no se les da y bien podrían seguir manteniendo el encanto de su fórmula más práctica por mucho tiempo. ¿Cómo olvidar aquel pegadizo, amoroso y tierno álbum con el que The Magic Numbers debutó en 2005? aquel, y su continuación con Those The Brokes (2006) quedaran marcados como la referencia hacia los Gannon y los Stodart. No podría ser reclamo que no hayan buscado por fuera de su zona de confort, pero cuando lo hicieron, significó el primer paso aislado del foco comercial con The Runaway en 2010, ese experimento entre balada retro con toques de soul quizá fue demasiado sofisticado para lo que se esperaría de ellos y, desde entonces, se han esmerado por recuperar lo perdido, desgraciadamente con su inmediato antecesor Alias (2014) y ahora Outsiders, parece que se han quedado en el limbo entre su evolución lograda y su vuelta a las raíces.

El primer punto a favor, es sin duda que Outsiders está casi desnudo de instrumentos extra y todas las canciones se construyen a partir de guitarras, bajo, baterías y ocasionalmente aparecerán arreglos como pianos, vientos o synths; el acierto es que son accesorios y no parte medular de la composición, así lo indican casos como "Runaways" y ese lienzo donde las perillas actuarán para saturar o difuminar más su espectro mientras los integrantes edifican una armonía espectacular de voces en una canción totalmente sentimental. Por otro lado, el estilo está situado en, y toma influencias de grandes íconos de los 70; lo dejan claro desde el comienzo, cuando "Shotgun Wedding" inicia rodando con cuerdas nerviosas sobre los toms de la batería remembrando al Marc Bolan más optimista o como de igual manera sucede en "The Keeper", pero gracias a su compás más inquieto, podría ser lo más cercano al country que The Magic Numbers ha hecho en toda su carrera.

Sin embargo, siguen luciendo su tino melódico en partes como la fina "Ride Against the Wind" que en esos cantos en sus aristas más tersas se sienten provenir de Fleetwood Mac, especialmente cuando las voces de Michele y Angela embellecen la de Romeo Stodart (¿Abba?), por lo demás es sin duda un nuevo gran single para la banda, que además incorpora trompetas. A partir de esta canción, adelante se encuentras dos extensiones bien logradas y que presumen su porvenir. Con "Power Lines" destapan quizá su balada de mood romántico mejor lograda por su calidez, su intimidad y hasta cosas como el tono luminiscente de sus instrumentos y esa sutil trompeta que le da el calor adecuado para redondear tan bella composición. Un poco más minimalista en sus elementos, está "Wayward", que para dar el crédito merecido, es a la voz de Romeo que cuando se trata de andar deliberadamente en la labor de dar vida a una melodía vocal, sigue siendo tan entrañable como hace casi 15 años.

En contraste sigue quedando claro que The Magic Numbers no es acertada cuando de distorsión, caos y decibelios se trata, no por ellos o por su ejecución; "Sweet Divide" bien deja claro que para lanzar riffs en medio de la tormenta y lograr puntos épicos, saben, pero no enmarcan con sus mejores virtudes. Así también cuando la oscuridad pretende ser iluminada delicadamente y con cautela, "Lost Children" y "Sing Me A Rebel Song" quedan un tanto dispersas entre el espacio y un minutaje que se siente largo.

Quizá el mundo ya no esté dispuesto a esperar a que The Magic Numbers recobre toda la integridad del estilo que conquistó a varios con su homónimo debut, prueba de ello es que casi nadie se ha enterado de la existencia de su quinto lanzamiento, pero para aquellos que sigan teniendo la curiosidad y el afecto por cualidades que los siguen manteniendo únicos, es bueno encontrarse con un disco como Outsiders que entre eso, busca diferenciarse de otras, esta vez hasta en el aspecto lírico, creando historias ficticias de terceras personas –como su título lo indica– ejemplificados como inadaptados; en esa misma paradoja, la solución esta en la readaptación. Quizá ya no estén tan lejos de conseguirlo.