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Hawaii Bonsaï: Oasis europeo para la música latinoamericana

Hawaii Bonsaï: Oasis europeo para la música latinoamericana

11/May/2018

Axel de Pontbriand nos cuenta los origenes de Hawaii Bonsaï.

Una de las más grandes bondades que ofrece el internet es acercar sociedades y eliminar –aunque sea en materia creativa y comunicacional– las fronteras del mundo. A estas alturas de la vida no es ninguna sorpresa que las mejores colaboraciones se hayan dado en línea, ni tampoco que uno pueda consumir contenido de cualquier parte del globo con tan solo teclear algunas palabras clave. El intercambio de mails es cosa constante y, en un ámbito como el musical, es una de las mejores formas para crear.

Ejemplos hay muchos, pero vale la pena señalar a Hawaii Bonsaï Records como uno de los más recientes. Con poco menos de dos años, esta casa discográfica –que comenzó como una serie de mixtapes aleatorios– proveniente de Suiza ha construido un catálogo que vale la pena escuchar: una serie de lanzamientos dedicados a la exploración del bass contemporáneo. De América Latina a Asia y Europa, lo que la disquera ofrece no solo son destellos curiosos de creatividad anónima, sino un diálogo entre asiduos del género y coleccionistas ávidos de nuevos ritmos por igual.

Hawaii Bonsaï empezó en 2016 con un primer lanzamiento en vinilo llamado Cumbia Libertad, dos LPs con canciones de varios de los mejores productores actuales de cumbia digital”, menciona Axel de Pontbriand, rostro detrás de este esfuerzo. “Fue, de hecho, para hacer algo físico luego de haber hecho los mixes Codex of Plants Responses durante cuatro años. Esos los pueden encontrar en Mixcloud o Soundcloud”. Y tiene todo el sentido del mundo: naturalmente después de la exposición, una labor de acervo físico es necesaria y con Hawaii Bonsaï capitalizó el objetivo de inmediato.

Ese primer vinilo tiene canciones de gente como El Remolón, Tribilin Sound, G-Flux, El Buga, Animal Chuki y Bigote, nombres que son familiares para cualquier afectuoso de los ritmos tropicales electrónicos de los últimos diez años, incluso si ese alguien está en Suiza. “Con el internet puedes estar en una isla perdida en el Océano Pacífico y no importaría porque puedes comunicarte con todo el mundo. Suiza es un país central de Europa del Este y está entre dos mundos: el Anglo-alemán y la cultura latina. Conozco la escena de Sudamérica porque soy un geek musical y he trabajado en tiendas de discos, sellos discográficos y además soy coleccionista. Aquí en Suiza hay muy pocas expresiones musicales así, excepto por algunas fiestas en Ginebra, Berna o Zurich”.

Con poca oferta latina alrededor, tiene sentido que se busque una fuente cercana para disfrutarla. Así comenzó Hawaii Bonsaï. “En una fiesta me enamoré de la música tradicional colombiana y empecé a buscar más sobre ella cruzando mis intereses por la música electrónica. Al poco rato ya era fan de ZZK Records y de cosas como Mexicans With Guns o Chico Man”, dice Axel, quien no es ningún novato descubriendo sonidos nuevos. “Estas mezclas no eran tan nuevas para mí porque me metí mucho en la escena electrónica de Asia en Londres de 1994 a 1998 con artistas como Talvin Singh, Transglobal Underground, State of Bengal, Natacha Atlas, Fun-Da-Mental, Black Star Liner, etc… Pero después el sonido más profundo de Sudamérica se llevó mi interés de inmediato, sobretodo la cumbia fresca e inteligente. Todo esto se juntó cuando descubrí la cumbia digital”.

Su entusiasmo por la cumbia no es solamente sonora, sino también visual. Un vistazo rápido al catálogo de la disquera basta para darse cuenta, sus portadas comparten un sentido gráfico que remite tanto a aquellos primeros flyers de conciertos de chicha peruana como a los propios de sonideros nacionales. Sobre esto dice. “El Buga, quien es uno de los genios detrás del gran Sello Regional en Chile (otra disquera que hay que descubrir) me sugirió a David Cruz (Chicle) de México para el diseño de la primera portada. Su trabajo está entre el hip hop y lo tradicional, algo que encaja perfecto en la música y en lo que quería hacer con Hawaii Bonsaï: construir un puente para unir la tradición con la modernidad, con la esperanza de que las futuras generaciones lo tomen para redescubrir cosas que de otra manera podrían desaparecer”. Y la exploración visual no termina ahí. “La segunda gran portada la hizo Ruta Mare, un artista peruano algo conocido que también utiliza las tradiciones pero le agrega un toque personal fantástico. Recuerdo que me encantó la portada que hizo para Perú Boom y la que hizo para nosotros para Cumbia Amazónica es increíble”.

Su labor de preservación, además, incluye la elaboración de vinilos, un formato que continúa creciendo al paso del tiempo y que se reniega a quedar atrás: ideal para la labor de la disquera. “Desde hace por lo menos diez años el vinilo está resurgiendo después de haber casi muerto a manos del CD en la Europa de los noventa. Es curioso que en una era digital  e inmaterial haya un contraste como este, que es la más alta manera de materializar el sonido”. Su cruzada podría ser comparada con la de Soundway Records, otra disquera Europea enfocada en la cultura a través del tesoro musical, pero un poco a la inversa. “Yo me enfoco solamente en artistas vivos (risas). Quiero ayudarlos a que tengan más audiencia ahora que están activos y no treinta años después. Me gusta publicar también a quienes no tienen muchas producciones en forma. En ese sentido creo que es más parecido a ZZK y Bersa Discos, el hermano de DJ Negro, si no me equivoco. Además también sigo a otras disqueras como Warp, Soon Throw, World Sounds, Brainfeeder, Alphapup, Hyperdub, All City Dublin y más”.

Hawaii Bonsaï está comenzando a crear un espacio perfecto para que el sonido latinoamericano contemporáneo llegue a oídos del mundo occidental en los formatos necesarios. Para este año, asegura su fundador, hay tres discos listos para ser editados: uno peruano, uno boliviano y un tercero que no es sudamericano. La noticia se antoja emocionante, así que este es el momento perfecto para formar parte de una historia que apenas comienza a escribirse y que vislumbra un futuro prometedor. Suena muy bien hasta ahora.