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Ver a Ibeyi en vivo es más que asistir a un concierto, es ser parte de un ritual donde se liberan energías, unen espíritus, transmiten mensajes y el baile es el lenguaje que construye un ambiente de alegría. El día de ayer las gemelas Lisa-Kaindé y Naomi Diaz se presentaron después de dos años de su presentación en el Foro Indie Rocks!, transformando El Plaza Condesa en una fiesta que traspasó las barreras de lo físico.
La noche comenzó con Elsa y Elmar, proyecto colombiano encabezado por Elsa Carbajal que con su pop espiritual con ritmos tropicales, trap y la sensualidad que irradia logró cautivar a los pocas personas que se encontraban en el recinto, que se convirtieron en el mar que acompañó a la banda. “Culpa, tengo” y “La ventana” de su disco Rey fueron algunas de las más aplaudidas.
Después de un warm up con canciones de James Blake, Erykah Badu y Earl Sweatshirt, Ibeyi salió al escenario con esa sonrisa y carisma que las distingue, “Hola, ¿cómo están?” y una ola de gritos se desató. “I Carried This for Years” fue la encargada de abrir la noche. “La siguiente canción la escribí para Naomi, habla del hecho de que quisiera ser más como ella, una gánster, twerkear como ella”, comentó Lisa antes de “I Wanna Be Like You”, un momento lleno de amor, que dio paso al poder de los tambores batá en “Away Away” y los beats de “Numb”, invitándonos a “tratar de mandar todo lo malo pa’ fuera”.
Los momentos más emotivos fueron “Mama Says”, canción dedicada a su mamá, que a pesar de ser uno de sus sencillos más minimalistas, confesaron que “cambió todo, nos abrió todas las puertas”; las percusiones, el piano y las hermosas voces de las gemelas en conjunto lograron crear un eco en nuestros corazones. Así como “Valé”, dedicada a su sobrina, recordándonos que en la música “no hay muros, todos debemos que tener una canción”.
Uno de los momentos más profundos fue “No Man Is Big Enough for My Arms”. Lisa comentó. “Escribimos Ash durante las elecciones americanas, en las cuales Donald Trump lanzó mensajes de odio contra las mujeres, y uno de los discursos más lindos fue el Michelle Obama en New Hampshire y le preguntamos si podíamos usar fragmentos y aceptó". De esta manera la frase “una sociedad se mide por cómo trata a sus mujeres y niñas”, retumbó repetidas veces junto con las percusiones haciéndonos recapacitar en el tipo de sociedad que somos, México es un país que destaca por una cultura machista y donde los feminicidios y la violencia de género se viven a diario.
Algo que caracteriza a Ibeyi es que siempre trata que el público sea parte de la banda, esto fue lo que hizo a “Transmission/Michaelion” y “I’m On My Way” memorables, “cántalo con el corazón” gritaron las hermanas. La unión entre el juego de voces, palmas, ejecución de los instrumentos y los visuales lograron transportarnos a un ambiente ceremonial y espacial lleno de hermandad y unión, terminando con la frase “pies para que los quiero si tengo alas pa' volar”.
La potencia de los tambores en “Oya” y la capacidad de comunicarse con cada parte de su cuerpo de las gemelas Diaz nos demostraron su talento. La noche siguió con un enérgico cover a “Better In Tune With The Infinite” de Jay Electrónica, para dar paso al corazón de la noche “Deathless”. “Si mañana te sientes chiquito, que nadie te ve, esta canción es para ti, porque México eres inmortal”, dijo Lisa dando inicio a la alegría y el goce, “whatever happens, whatever happens, we are deathless (oh hey)” sonó al unísono en todo El Plaza.
“Me voy”, canción que realizaron en conjunto con La Mala Rodríguez trajo el sabor y baile a la pista con los ritmos de reggaetón, ocasión que aprovecharon las gemelas para sacar sus mejores pasos. “Ash” marcó el final de la noche donde se resumió todo el concepto del disco al observar las siluetas de Lisa y Naomi con el puño cerrado elevado, de la ceniza puede nacer algo bueno, nuevas ideas para mejorar y salvar nuestro planeta. “México, qué lindos, no podíamos irnos sin ir al río”, y todos nos dejamos llevar por el cauce de cantos yoruba y beats de “River” para decir adiós a una noche con un sentimiento de esperanza de cambio en el mundo y recordando que somos inmortales.