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Def Leppard en la Arena Ciudad de México

Def Leppard en la Arena Ciudad de México

Romelia Zúñiga
Alan Espinoza

Alan
Espinoza

04/Oct/2017

Detalles

Organización

Producción

Ambiente

Lugar

Arena Ciudad de México

Artista(s)

Pour some rock on me, una noche con Def Leppard. 

El aire frío y violento golpeaba el rostro de todos al norte de la Ciudad de México y la noche rugía en un día donde, como dice mi querido amigo Gerardo Mandujano. “Nunca, ni en nuestros sueños más mariguanos de los años 80, llegamos a imaginar que en la misma noche, en la CDMX, y en distintos conciertos, estarían tocando Def Leppard, U2 y Pet Shop Boys”.

Después de las semanas tan difíciles que se han vivido, la ciudad vibraba y latía con fuerza para hospedar las notas y acordes que grandes bandas querían ofrecer como tributo a los dioses aztecas en ofrenda de paz; y aunque todas ellas auguraban un gran show, esta noche decidí que mi cita sería con Def Leppard (El concierto que ofrecieron hace tres años en El Palacio de los Deportes ha sido uno de los mejores conciertos de mi vida y las expectativas eran grandes, no les puedo mentir).

La Arena Ciudad de México abrió sus puertas majestuosa e imponente, y al entrar la sorpresa fue que había muy poca gente a mí alrededor, y la verdad recé esperando que la banda tuviera la concurrencia digna a su talento. En los altavoces AC/DC era el protagonista, y al terminar las luces explotaron frente a nosotros para abrir una noche mágica. Joe Elliott, Rick Allen, Phil Collen, Vivian Campbell y Rick Savage salieron al escenario mientras que la gente gritaba, saltaba y “Let’s Go” inundaba el alma de todos los asistentes.

Con una Arena más llena, lo cual me dio mucho gusto, el concierto empezó. La edad, nacionalidad y altura no importaban y todos disfrutaban por igual el estar ahí.

Todo pasaba rápidamente frente a nuestros ojos, Joe Elliott saludó al público en español y por un momento no existió nada más. “Animal” sonó y la multitud celebró. La proyección de las pantallas llenas de luz y color fue el complemento perfecto, y por un momento me sentí nuevamente en Times Square rodeada de espectaculares brillantes. “Let It Go”, “Dangerous” y “Foolin’" continuaron en un vaivén de sonidos, riffs, electricidad; y aunque yo nací hasta los 90, me transportaron a ese pasado que tanto desearía haber vivido.

La noche continuó su paso y “Love Bites” cantó eufóricamente por todos los que han sufrido por amor. “Armageddon It” nos regaló ese sonido característico ochentero de la banda británica mientras que Joe se acercaba por un pasillo central hacia la gente y “Rock On” porque los buenos tributos tienen vida en manos de gente virtuosa que sabe tocar instrumentos como dioses.

“Man Enough” con su bajeo bestial, pegajoso, penetrante, hizo que los cuerpos se contonearan al ritmo de la canción del Def Leppard de 2015, y “Rocket” alzó las manos de todos mientras recitábamos: “Rocket, yeah, satellite of love. Rocket baby, c'mon, I'll be your satellite of love”.

México estaba a los pies de la banda y ellos de nosotros. Joe Elliott, aclarando que su español no era muy bueno, dijo unas palabras de aliento, apoyo y amor para nuestro aún corazón devastado por el sismo del 19 de septiembre y todos aplaudieron. La frase “Fuerza México” se convirtió nuevamente en un estandarte para nosotros, para el mundo, y todos corearon “México” con orgullo.

El momento más esperado para muchos llegó y los clásicos se hicieron presentes para enseñarnos por qué Def Leppard es la banda que es hoy. Los acordes de la guitarra sonaron y “Bringin’ On The Heartbreak” abrazó el dolor de todos. “Switch 625” y su historia nos hizo recordar que la vida es corta y Steve Clark, antiguo guitarrista de la banda que murió de sobredosis a los 30 años, nos enseñó una lección más.

“Hysteria” estalló y las voces se convirtieron en un solo eco mientras que todos entregaban su alma y Def Leppard volvió a dejar huella en la histeria de una ciudad ruidosa, llena de gente y de vida. “Do you wanna get rocked?” fueron las palabras mágicas para que “Let’s Get Rocked” hiciera enloquecer al público. La gente brincaba, las cabelleras volaban, y todos, hasta los protagonistas del encuentro, disfrutaban como si fuera el último día.

Los acordes de la guitarra produjeron un sonido y “Pour Some Sugar On Me” se hizo presente. Un relámpago cayó, todo cambió y la electricidad de las guitarras, bajo y batería penetró en nuestros oídos.

Para finalizar una noche llena de magia, “Rock of Ages” sonó perfecta, exacta, y nos hizo entender por qué amábamos y necesitábamos el rock en nuestras vidas. Una canción épica y gloriosa, de una gran banda, mientras que “Photograph” cerró con broche de oro un recuerdo tan memorable como el anterior.

Como decía mi amigo Gerardo, jamás pensamos tener tantos conciertos tan chingones en México, y es por eso que hoy a través de esta reseña agradezco a mi país por darme tanto, por alimentar mi pasión más grande (la música) y abrir sus puertas a grandes bandas nacionales e internacionales. Gracias por levantarte, brillar, y darme el orgullo de ser mexicana.

Gracias a todos los que levantaron escombros, donaron, abrieron sus casas a quién lo necesitaba, dieron comida o simplemente regalaron una sonrisa y un abrazo.

Gracias México.

Romelia Zúñiga

REDACCIÓN:

Romelia
Zúñiga

Alan Espinoza

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Alan
Espinoza