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Last Gang Records / 2017
No hay más 1979, se acabó… podemos olvidarnos de este año y escuchar una, dos o diez veces Outrage! Is Now, el tercer disco de la banda de dance punk Death From Above.
Pero antes hay que tomar un par de precauciones:
1. Si estás esperando una réplica de lo que hace tres años se llamó The Physical World quizá deberías ahorrarte las molestias y volver a reproducirlo sin preocuparte por esta reseña.
2. Prepárate para 36 minutos y medio de un álbum, monstruoso. Y hablo en serio… prepárate.
Outrage! Is Now, producido por la discográfica Last Gang Records, es tan radical y tan diverso que por momentos podrías preguntarte si son el mismo par de canadienses que debutaron con You’re a Woman, I’m a Machine; la respuesta es sencilla: no lo son. Y sí, en un sentido estricto son el mismo par de individuos que en 2002 nos regalaron un EP introductor con el nombre de Heads Up: Jesse y Sebastien… pero en esencia no son los mismos. Han evolucionado y se han convertido en algo más que un duo de músicos que hacían Trashy Love Songs y tocaban riffs pesados con melodías desgarbadas.
“Chosen, things are chosen for you” es la línea con la que abre “Nomad”, la primera canción del disco, y es esta línea la que puede definir nuestra posición al escuchar este, su tercer larga producción… tú no escogiste escucharlo, fuiste elegido para escucharlo. Es quizá la más parecida y que continúa la línea que habían marcado con sus dos materiales anteriores, la más vertiginosa y enérgica, en la que el clásico bajo de Jesse se escucha en todo su esplendor y la batería inunda la atmósfera. Pero a partir del segundo track la cosa cambia. “Freeze Me” tira abajo la fuerza de la canción anterior, pero llena los auriculares con el sintetizador en un loop suave y fresco, con tintes pop y de un tomo mucho más melódico que son aplastados después por el bajo y la farola que se acompañan de bombo y platillos para escuchar la voz de un Sebastien demasiado emocional. No es una mala canción, todo lo contrario, pero al cortar tan intempestivamente la fuerza del track con que abren el disco se siente fuera de contexto y sin relación con el. “Caught Up” revitaliza esta actitud hard rock y, con un guiño claro a “Fame” del grandísimo Bowie, moldea de nuevo el ímpetu del álbum.
Con un cambio en el ritmo y la temática de la letra llega el track que le da nombre al disco: “Outrage!, Is Now” es lenta, pesada, oscura, con una atmósfera asfixiante y ensordecedora. De la mano de una postura política que cuestiona la ira irracional y la hace la única razón de sí misma, es un tema no tan digerible, pero que acopla bien su sonido y su mensaje.
“Never Swim Alone” es quizá uno de los temas que más funciona por sí mismos, pero que más desentona en conjunto con el resto del material, con ritmos cadenciosos, un coro repetitivo y notas agudas es una ida a la insensatez y la acción revolucionaria generacional.
La segunda mitad del LP es más consistente y tiene un sonido que recuerda al Villains de los Queens Of The Stone Age (recién estrenado el pasado mes). La poderosa “Moonlight” con su excitante riff y las distorsiones del bajo de Freller, la atronadora batería de Grainer y su voz casi como un eco lleno de luz. “Statues” mantiene la energía y es un paso seguro hacia “All I C is U & Me”, que a mi gusto es la canción mejor lograda y que quizá define de mejor manera los renovados Death From Above: una producción más cuidada, con ritmos rápidos y un trabajo de musicalización mucho más maduro. Es sincera y fuerte, llena de coqueteos con lo que Wolfmother hizo en Victorious, pero con la clara esencia del dueto de Toronto. Dicha fórmula se repite en “Nvr 4Evr”. Por último, el track con el que cierra el disco “Holy Books” es fuerte y convincente como el statement que deja su letra: “I don’t go for no Holy Books, Those ancient rhymes the ain’t got no hooks”.
Sin lo rebelde de sus producciones anteriores y alejándose poco o mucho de su sonido más reconocible, quizá no es el mejor disco de 2017, pero sí uno que nos deja con un buen sabor de boca y que no decepciona en ningún momento a lo largo de los 10 tracks que lo conforman. Puede que este sea el disco que merecíamos hace tres años, pero como decía mi abuela: “Más vale tarde que nunca”.