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Sony / 2017
Después de tres años, Tokyo Ska Paradise Orchestra al fin le dio luz al sucesor de Ska Me Forever, y por las posiciones que ha ocupado en los conteos a nivel internacional desde marzo, le ha ido muy bien. Paradise Has No Border es el álbum número veinte en la trayectoria de la banda de ska japonés, que en años recientes se ha convertido en una de las consentidas del público latinoamericano en general, y en particular del mexicano; baste con recordar sus múltiples presentaciones en nuestro país y la recepción entusiasta que han tenido en cada una de ellas, y no ha pasado desapercibido pues ha sido emotivo para la banda también.
El disco cumple plenamente con las expectativas de los fanáticos, tiene largos pasajes instrumentales, sencillos memorables, e incorpora elementos de géneros diversos, así como de estilos distintos de ska. Canciones como "Believer", "Paradise Has No Border" o "Tenkubashi", son muestras claras del eclecticismo que caracteriza el sonido del disco, con ritmos casi de samba, salsa o con sintetizadores que recuerdan casi canciones de videojuegos respectivamente. En breve, es un largo repaso por la autoridad y maestría con la que la banda es capaz de demostrar naturalidad para incorporar ritmos, habilidad que solo otorgan los años y la experiencia.
Este disco en específico resalta por la gran cantidad de canciones exclusivamente instrumentales que contiene, a decir verdad, fuera de los sencillos, la mayor parte no tiene vocales. Eso no es un defecto bajo ninguna circunstancia, no obstante, algunos pasajes llegan a sentirse un poco largos y monótonos. Sin embargo, el álbum es una pieza sólida que se sostiene por su propio peso en la calidad de la producción.
Cabe destacar también, la mezcla entre estilos de ska que también combina. Es uno de los detalles más importantes puesto que son el reflejo de la versatilidad que tiene una banda con casi treinta años de experiencia. Así, mientras temas como "Girl On Saxophone X" tienen un sonido muy contemporáneo y veloz, otras como "Sayonara Hotel", tienen una melodía mucho más tradicional y bailable. El disco es una pieza que tiene todo el valor en la colección de cualquier fanático del género.
Además, cuenta con muchas colaboraciones de otros personajes que han sido importantes a lo largo de la trayectoria de la banda, tales como la cantante de pop Rina Katahira, o el productor de punk, Ken Yokoyama. Cabe destacar que todas las colaboraciones en esta producción son con personajes de la escena local japonesa, lo cual habla del espíritu de la banda de impulsar y reconocer a otros artistas, antes de juntarse con otros personajes y artistas con tal de tener mucha mayor atención; un gesto sumamente noble y que siempre se agradece.
En general, el álbum tiene un tono sumamente festivo que pone a bailar a cualquiera, y no es para menos, una banda con tantos años de trayectoria tenía que hacer de su más reciente lanzamiento toda una fiesta. El título del disco no podría ser más adecuado; Tokyo Ska Paradise Orchestra es una banda que ha superado las barreras geográficas, del idioma, de los géneros y se ha ganado el fanatismo de millones en todo el mundo con solo producir muy buena música. En efecto, para una banda con calidad y con un sonido tan disfrutable, el paraíso no tiene fronteras.