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Nrmal Baja 2017: Qué maravillosa sensación adorar al sol

Nrmal Baja 2017: Qué maravillosa sensación adorar al sol

Angel Amézquita
Bere Rivera

Bere
Rivera

10/Sep/2017

Cómo el vaivén de las olas me hundo en el mar de tu amor. "Fiebre", Mitú.

Tras un vuelo retrasado por una aerolínea que se dice ser la más puntual, llegamos al aeropuerto internacional de Tijuana. Las tarifas de los taxis estaban por los cielos así que para llegar a nuestro destino decidimos utilizar el siempre efectivo transporte público. El autobús no estaba muy alejado de lo que ya conocíamos, sin embargo, el contraste entre la gente con lentes y camisas de franela a cuadros y mi canción favorita de Mariah Carey fueron suficientes para hacerme sentir en casa.

Al llegar al downtown, una señora que vendía sombreros nos dio santo y seña de cómo llegar a Rosarito para así pedir un Uber cuyo costo había bajado considerablemente. Alrededor de las 20:30 H llegamos a nuestro Airbnb, una acogedora casa de una pareja de amables viejecitos que decidieron que querían vivir su retiro en una playa mexicana.

Al día siguiente, después de disfrutar algunos de los privilegios que nuestros hosts compartieron con nosotros, llegamos a Castillos del Mar, el lugar donde se llevaría a cabo Nrmal Baja. Todo parecía muy familiar: el venue ubicado al lado de una carretera, una larga entrada, gente vestida de negro a pesar del calor que amenazaba con aumentar.

El proyecto local integrado por Amor y Estrella, Mint Field se encargó de unir el mini paraíso playero con el reverb de sus guitarras en una amalgama de armonía mientras la gente se balanceaba en la arena con su vaso de cerveza y algunos perritos corrían a la orilla del mar. A esto le siguió Silent, con enérgicos riffs, una baterista que no aflojó ni un segundo el beat y un frontman que interpretaba con misma energía que demandaría el escenario más grande del mundo.

El ánimo cada vez subía más y al igual que temperatura. Uno de los actos más esperados en el festival estaba a punto de comenzar, a pesar de lo caliente de la arena muchos ya comenzaban a acercarse, entonces comenzó la presentación de Cuco. A pesar de que modificaban ligeramente algunas de sus canciones, la gente de inmediato las identificaba y empezaba a cantarlas. En la banda se percibía una conexión, un muy buen trabajo en equipo que se notaba en su ejecución. Visuales que iban desde videos caseros hasta imágenes de Selena bailando acompañaban este show, en el cual sonaron diferentes temas de sus dos EPs, su más reciente sencillo y hasta un cover al clásico de Hombres G, “Devuélveme a mi chica”.

Cuando terminó ya todos estábamos enfiestados, o al menos yo. “Be Thankful for What You've Got” de Massive Attack musicalizó nuestra huída al baño que se encontraba hasta el otro extremo del lugar. Para nuestra fortuna, estos se encontraban en una parte elevada del hotel así que sin planearlo fuimos testigos de una hermosa puesta de sol, misma que traería consigo la mejor parte de la noche.

Otro de los puntos que identifica a Nrmal es su exquisita selección de psicodelia y en esta edición fue Holy Wave la banda encargada de hacer honor a este rubro. Las guitarras eran casi tan suaves como la brisa de las olas sobre los rostros de los asistentes que parecían hipnotizados por su música –y por el juego de luces–.

A pesar de lo difícil que es bailar en la arena, Tayhana hizo a que nos esforzáramos por lograrlo con algunas joyas del pop fusionadas con agresivos beats como “Wannabe” de las Spice Girls y “Believe” de Cher pasando por “Si una vez” de Selena y “Hasta que te conocí” de Juan Gabriel. Un muy buen preámbulo para lo que nos esperaba con la electrónica de la canadiense Jessy Lanza. Su set varió entre lo bailable, con temas como “It Means I Love You” y “Never Enough” hasta lo etéreo, con “Kathy Lee” y “Could Be U”. Un show que disfruté más que en su pasada visita a Morelos a principios de 2017.

Para cuando dio inicio Preoccupations, una gran cantidad de personas se habían acercado, los gritos y ovaciones a la agrupación en su primera presentación en México no paraban. Desafortunadamente para ese momento ya tenía hambre, así que decidimos ir en busca de snacks. El aperitivo más cercano fue un prometedor vasito de esquites, que para nuestra sorpresa estaban buenísimos, el queso, el caldito, su chilito piquín. Nos alejamos un poquito para degustar aquel suculento manjar y platicar sobre el buen ambiente que se sentía entre la concurrencia.

El mezcal y la cerveza Cucapá habían cumplido su objetivo y ya estábamos más que listos para seguir sacudiendo la arena con los ritmos tropicales de MITÚ. El dúo colombiano ofreció un set lleno de electrizantes sintetizadores y vibrantes percusiones que penetraron en lo más hondo de nuestro ser para hacer mover cada una de nuestras articulaciones. Una de las más coreadas fue “Solitario”, tema extraído de su material de 2014, Balneario.

A pesar de que el festival ofrecía actividades alternas, todo esto pasó –si es que pasó– a segundo término. También se mencionaba que además de la playa, habría una alberca. Nunca supimos donde se encontraba la dichosa alberca, sin embargo, la experiencia fue única. Desde su fundación, el festival ha cambiado algunas veces de locación expandiendo sus fronteras, pero el ambiente que se respira en sus ediciones es el mismo, convirtiendo a Nrmal más en un humor, un mood, que en un festival. Espero con ansias la próxima edición.

Angel Amézquita

REDACCIÓN:

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Bere Rivera

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