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Entonces toqué el timbre y robóticamente se abrió el portón. Entré a la azul guarida que custodiaban varios premios Grammy, portadas de discos que tapizaban las paredes e incluso algunos juegos de arcade. "Tú turno, ya te esperan", me dijo la encargada.
Mi cerebro comenzaba a elevar las revoluciones para lanzar la primera pregunta, pero inmediatamente tras prender su cigarrillo y cerrar la puerta, Dave Grohl se me adelantó emocionado. ¿Sabías que México pagó nuestra serie documental Foo Fighters: Sonic Highways? Atónita respondí que no. "Pues así fue y estoy eternamente agradecido con tu país por eso".
¿Te refieres a qué contribuimos con parte de la producción? "No, me refiero a que literalmente con las dos fechas tan grandes que tuvimos en México en 2013, pudimos pagar la serie completa que hicimos para HBO. Y ahora el 18 de noviembre, regresamos para presentar nuestro nuevo disco en el Corona Capital".
Concrete and Gold es el noveno álbum de la banda y el 15 de septiembre saldrá a la luz mundialmente. Su raíces emergen de un proceso de resurrección tras un hastió musical y cansancio, pues después de la ruptura de la pierna de Grohl y la extenuante producción de Sonic Highways, el vocalista imploró un descanso.
“Durante seis meses no toqué una guitarra y entré en depresión. Pero gracias a eso, entendí que la música es lo que me mantiene vivo, es mi mejor medicina. Entonces decidí volver”.
Dave Grohl compuso de 12 a 15 canciones y se las mandó a la banda. Predijo que sería su próximo compilado y como aún las letras estaban ausentes, fue a buscarlas a una casa rentada en Ojai, California.
Llevó consigo solamente una caja de botellas con vino y las ganas de volcar pensamientos. Entonces se aisló durante cinco días a escribir.
Foo Fighters nunca se ha caracterizado por ser una banda de protesta social ¿algo cambió en este álbum?
“Tienes razón, nunca lo hemos sido, pero el mundo te afecta como persona y es inevitable no alzar la voz cuando no estás de acuerdo con algo. Crecí con un padre conservador y una madre liberal. Entiendo cómo se sienten ambas partes en Estados Unidos ahora, pero viajo por todo el mundo y convivo con todo tipo de razas, religiones, lenguajes y sinceramente no coincido con lo que está pasado en mi país. Así que ¿por qué no decirlo en mis canciones?” dijo Grohl.
La nueva producción de Foo Fighters estuvo a cargo de Greg Kurstin, quien ha trabajado con Sia, Adele y Taylor Swift. Este cuenta con 11 temas e incluye colaboraciones con Alison Mosshart (The Kills), Shawn Stockman (Boyz II Men) e Inara George (The Bird and the Bee). Además, Taylor Hawkins, baterista de la banda, estuvo a cargo de la composición y ejecución vocal de uno de los temas del disco: "Sunday Rain".
“Me siento orgulloso de mi canción. ¿Y sabes qué es lo mejor?”. Entonces los ojos de Taylor brillaron y de su boca se desbordó el secreto que la banda resguardaba desde hace un tiempo. “Paul McCartney tocó la batería en ella”.
“¿Conoces a Paul McCartney en persona?”, me pregunta Dave Grohl. Apenada respondo que no. “Pues es la persona más amable del mundo y le encantó la idea de participar con nosotros cuando lo invité. Él es muy sencillo, nos hizo olvidar que estábamos con el músico más brillante y talentoso dentro de la historia musical”. ¿Entonces ese era el gran secreto que guardaban? “Oh no, no, ese no es, eso es un misterio aún… te lo diría pero ¿sabes qué? soy muy bueno con los secretos”, Dave rió y apagó su cigarro.
Foo Fighters volverá a México el 18 de noviembre al Corona Capital en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Además en octubre arranca su propio festival llamado Cal Jam 17. ¿Quieres saber más detalles de lo que pasó en esta entrevista? Te invitamos a que busques la edición impresa #100 de Indie Rocks!.