Kali Mutsa
La Devoración

La Devoración de Kali Mutsa e Imaabs: poder chileno en su máximo esplendor.

“Let's speak in english, even though i don’t know how to do”, repite insistentemente Kali Mutsa en "Inglis", el primer sencillo de La Devoración, su increíble nuevo Ep al lado de Imaabs, uno de los productores latinoamericanos más prolíficos que existen hoy en día. En una sola frase parece arrojar mucho de lo que se puede encontrar ahí dentro: un sonido particular que oscila entre la electrónica más apocalíptica y el medio oriente más contemplativo, un manifiesto a la revolución cultural sudamericana contemporánea y un sentido del humor que le añade a todo una perspectiva mucho más amigable al oído promedio. Es una sola canción y el resto del disco es igual de interesante.

Editado por N.A.A.F.I., La Devoración es, como la misma Kali lo ha dicho, una serie de canciones construidas a partir de la visión del poder, sus repercusiones y su impacto a distancia. Teniendo como epicentro un país cuyo poder dictatorial permanece como una sombra inspiracional para artistas que van desde Alejandro Zambra hasta Pablo Larraín, las cinco canciones que se encuentran aquí incluidas parecen ser hoy más puntuales que nunca.

Lo que aquí se puede escuchar es un híbrido entre la furia cargada en cada uno de los beats de Distancia y un collage de las distintas etapas del viaje espiritual de Kali a través del tiempo. Una verdadera obra colaborativa que decanta no solamente en un disco que habla y transpira razón políticamente cargada, sino que, al mismo tiempo que denuncia, se levanta como una de las muestras más claras del poderío cultural chileno contemporáneo.

Porque La Devoración es, a la par de un EP que explora el concepto de poder en la historia, una clara muestra de ese otro poder que también se debe reconocer con fuerza: el de Chile como una región fértil de artistas conscientes cuya voz hace cada vez más eco en el resto de la región. Que Lia Nadja se escuche en Eder como un profeta o que Tomasa Del Real interprete un papel sanguinario no es ninguna sorpresa, pues no es otra cosa sino una puesta en escena que respira Chile hasta en el color predominante de su portada.

Este año ha salido mucha música latina para apreciar, pero pocas cosas tan tremendamente bien armadas como el poderoso arsenal de La Devoración. Dos de los personajes más interesantes de Sudamérica haciendo música juntos para el resto del continente. Son cinco canciones nada más, pero todas golpean de frente y tan fuerte que es imposible no detenerse a admirarlas.