FKJ y Dabeull en Normandie

Subiendo la temperatura con FKJ.

“¿Será bueno el sudor en un concierto?”, me preguntaba al observar el anuncio que colgaba Trick Or Treat en su Facebook para anunciar el sold-out. La Ciudad de México ha tenido días calientes, muy calientes. Los más de 30º que marcaba el termómetro, el inminente lleno del show y, el tamaño del Foro Normandie, garantizaban un sauna.

El mismo productor francés FKJ (French Kiwi Juice) conoce las altas temperaturas. Sus cálidos, pero sutiles sintetizadores, combinados con un elegante uso del saxofón y demás elementos lograron prender el ambiente hace no mucho en el Carnaval de Bahidorá, lo cual dejó en claro que un pronto regreso era necesario. El ambiente pintaba distinto esta vez, con mayor bochorno y expectativa; el sótano ubicado a pocos minutos del Palacio de Bellas Artes fue testigo del rápido crecimiento que ha tenido el músico en nuestro país.

De a poco, el venue fue recibiendo gente, quienes detrás de un estricto cateo al ingreso, dejaban rastros de latas de cerveza y una galería de cajetillas de cigarrillos en la entrada. Wet Baes dio un set que sirvió para ir subiendo el furor de la noche. Andrés Jaime tiene todas las credenciales para hacerlo. En los últimos meses, su proyecto ha pisado algunos de los festivales más atractivos del país, mientras que su diyei set lo ha convertido en garantía para este tipo de fiestas.

Dentro del lugar, la velada comenzaba a tomar forma. Cada rincón del Normandie era ocupado; en el exterior la fila aún llegaba al OXXO del cruce entre López e Independencia. Dabeull no necesitó de mucho para que el ambiente explotara; su propuesta de new funk, que incluye clásicos ochenteros y setenteros de soul, R&B, funk y jazz (onda Grover Washington Jr), hicieron que los asistentes se enfocaran totalmente en dejar que la energía y la vibra generada los cautivara.

El ánimo del Normandie, que hasta después de la media noche alcanzó su máxima capacidad, iba en ascenso; mismo caso con el calor que se sentía. La noche de por sí era cálida y el Foro apenas lograba respirar. Alcanzar una visión al escenario era prácticamente imposible por la cantidad de cabezas esperando la salida del francés. FKJ comenzaba a lograrlo, incluso sin haber pisado la tarima. Las siglas del productor eran escupidas por los desesperados entusiastas que inquietaban a los miembros del staff, quienes estaban, al parecer, buscando resolver una falla.

Lento pero seguro, el set comenzó con un complacido Vincent Fenton que, a base de samples, pads, controladores, un bajo, un sax y una guitarra, cautivó a los presentes con un sonido elegante y seductor. Rolas como “Lying Together” hacían estallar al lugar por momentos. Realmente nadie se quejaba del show, desde aquellos que bailaban pegadito en el frente, hasta los que mantenían su distancia del tumulto.

Presenciar un show de FKJ es como asistir a una cena elegante llena de gente bailando sobre la mesa. “So Much To Me” y “Skyline” fueron algunos de los tracks con mayor respuesta, aunque realmente todos vibraban al ritmo que el productor propusiera. Una noche de baile y sudor a mitad de semana fue el saldo de una de las noches más memorables que el Normandie ha presenciado.