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Max & Igor Cavalera en el Circo Volador

Max & Igor Cavalera en el Circo Volador

Romelia Zúñiga
German García

German
García

23/Dic/2016

Detalles

Organización

Producción

Ambiente

Lugar

Circo Volador

Raíces.

Hace más de 30 años, Brasil fue testigo del nacimiento de una de las bandas de metal más importantes en la historia del género, a cargo de dos hermanos envueltos en un contexto social, político y económico determinante para que la lírica y melodía de Sepultura destacarán por su furia, determinación y brutalidad. Discos como Arise (1991), Chaos A.D (1993) y Roots (1996) dejaron claro que los hermanos Cavalera transpiraban riffs impetuosos, dobles pedales salvajes y un ritmo latino inigualable, el cual exprimían en búsqueda de nuevos sonidos para oídos que buscaban la mezcla perfecta de ritmos tribales y metal.

El camino de los hermanos Cavalera y Sepultura se volvió tortuoso y conflictivo, pero hoy después de 20 años nos regalaron un recuerdo iluminado de fuego, selva, guitarras, tambores y la voz característica de Max con Return to Roots.

El aire frío cubría la noche decembrina mientras que todos se preparaban para el último “rock” del año. Los amantes del metal festejaban en los alrededores del Circo Volador con amigos y desconocidos, brindaban a escondidas con cervezas “Noche Buena”, reían, y caminaban en búsqueda de un objeto perfecto para recordar.

La salida del metro “La Viga” escupía sombras vestidas para la ocasión, y aunque a las 8 de la noche la concurrencia era poca, el recinto se fue llenando poco a poco para presenciar el reencuentro de dos monstruos.

Incite, banda de groove metal liderada por Richie Cavalera, fue el grupo abridor de la noche siendo una gran sorpresa al cerrar su presentación con fuerza, contundencia y mucho headbanging. Al terminar, las luces se encendieron, el tiempo se detuvo y después del check de audio todo volvió a su curso.

Entre neblina y obscuridad “Roots bloody roots” tomó su lugar. Los saltos se volvieron parte de los movimientos del cuerpo, los gritos guturales salieron de las gargantas y todos regresaron 20 años atrás. Un berimbao (instrumento de cuerda) se posó en las manos de Max para abrir las puertas del infierno y así dar paso a “Attitude” entre distorsiones y bajos marcados. Todos se entregaban a los sonidos que emanaba el escenario.

El riff de “Cut-Throat” se hizo presente, la batería marcó el paso del tiempo y las cabezas empezaron a volar. “Ratamahatta”, una de mis favoritas, transportó las mentes de todos a las Favelas de Río de Janeiro, al Río Amazonas, al Mato Grosso (selva espesa en guaraní). Nos hizo bailar, saltar y brincar encima de todos mientras que el centro del universo se formaba ahí, entre los espectadores y el escenario. La celebración siguió, y entre ritmos latinos “Breed Apart” y “Straighthate” nos deleitaron con la fusión exquisita que lograron los hermanos Cavalera entre un riff brutal, una voz sucia y los tambores de la zamba.

El bajo y riff de “Spit” enloquecieron a los presentes e hicieron un hoyo en el centro del mundo a causa del mosh pit. “Lookaway” exhaló destrucción acompañada de un riff y solo sombríos. Los bajos y distorsiones siguieron para darle paso a “Dusted” y “Born Stubborn” en medio de gritos desgarrados provenientes de la garganta de Max Cavalera.

“Jasco” e “Itsari” estuvieron adornadas con percusiones de Igor Cavalera de forma majestuosa y única; un riff característico, unos platillos y un bajeo presentaron “Ambush” mientras que todos coreaban “When you go down! When you go down motherfucker!” y los titanes salieron a nuestro encuentro para que “Endangered species” hiciera borbotear a los presentes hacia el frente, estando un poco más cerca de los ídolos.

Los golpes en la batería de Igor, el mosh pit y las cabezas volando fueron el escenario para que “Dictatorshit” tomara fuerza en el último aliento de una banda con historia.

Como regalo divino, los hermanos Cavalera hicieron un tributo a su pasado, a sus amigos y a su esencia. El riff de “Thieves” de Ministry, los acordes de “War Pigs” de Black Sabbath” y “Ace of Spades” de Motorhead  emocionaron a todos, mientras que “Procreation (Of the Wicked)”, “Policia”, “Desperate Cry”, “Inner self”, “Anticop” y “Orgasmatron” rejuvenecieron a los veteranos, enloquecieron a los novatos y unieron a los amantes del metal en un solo latido.

Para cerrar la noche, máscaras de luchadores se convirtieron en el disfraz y “Roots bloody Roots” sonó con más fuerza en voz de los metaleros. Regresar a las raíces es vivir.

Romelia Zúñiga

REDACCIÓN:

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German García

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