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Descendents en Carpa Astros

Descendents en Carpa Astros

Hugo López
Cortesía Daniel Galindo

Cortesía
Daniel Galindo

12/Dic/2016

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Carpa Astros

Artista(s)

El enorme debut de Descendents en México.

La noche del 10 de diciembre del 2016 será recordada como la noche en la que la legendaria banda de punk, Descendents tocó por primera vez en la Ciudad de México. Una de las bandas que le dio identidad al hardcore punk, influenció a agrupaciones como Blink 182, NOFX, Green Day, Pennywise, Rise Against y The Offspring y es considerada como pionera del punk pop. Los oriundos de California escogieron el humilde escenario de la Carpa Astros para demostrar, 39 años de carrera después, el porqué son tan importantes en la historia del punk. Los afortunados que pudieron estar presentes saben que fueron testigos de un momento épico.

Karl Alvarez (bajo), Bill Stevenson (batería), Stephen Egerton (guitarra) y el gran Milo Aukerman (voz,) conforman está versión de Descendents desde 1986 y andan de gira con su séptimo álbum de estudio: Hypercaffium Spazzinate.

En una noche con un clima frío, la Carpa Astros estuvo a la mitad de su capacidad. Algo que no debe sorprender a nadie: el punk siempre ha sido un género que se mueve en espacios pequeños ante un público no muy numeroso en general. Playeras y sudaderas de la banda eran las prendas que muchos usaban. La mayoría eran jóvenes. Como telonera estuvo la banda mexicana de punk GULA y los neoyorkinos After The Fall. Ambos actos pasaron sin pena ni gloria sobre el escenario. No fueron ovacionados, pero tampoco fueron abucheados. Cumplieron con su papel.

Pasadas las 9:30, Descendents salió al escenario. “Hola, México” dijo Milo, el respetable explotó lleno de júbilo. Tanto Milo como Stephen notaron los celulares y dijeron, en tono de broma, que tomaran fotos mientras pudieran y después hablaron del tiempo que les tomó venir a México. Milo se acercó al baterista y antes de iniciar dijo: “Here we go. Todo Chupa, which means ‘Everything Sux’”. Con esta rola dio inicio un concierto de 33 canciones y  dos horas de duración.

La experiencia y la emoción de vivir un concierto de Descendents tal vez se compare con la de ser lanzado en un cohete al espacio, o manejar un Ferrari a máxima velocidad, o saltar en paracaídas. El comienzo es explosivo y vibrante, el trayecto es una locura sin respiros y el final es intenso. La adrenalina fluye por todo tu cuerpo de principio a fin. Milo recorre el escenario, brinca, se baja del templete e interactua con la audiencia, les avienta agua; Stephen es una máquina, agita su cabeza, hace poses y ataca con furia su guitarra; Bill golpea su bataca sin tregua y Karl ataca su bajo con furia. A pesar de ser hombres de mediana edad, tienen una energía digna de unos adolescentes.

Canciones como “Sour Grapes”, “Pervert”, “Silly Girl”, “Bikeage”, “Clean Sheets” y “Hope”—clásicos de la banda—pusieron el ambiente propicio para el slam. El mosh pit atraía a todos como la gravedad. El ambiente era de lo mejor. Brincos, cerveza por los aires, empujones y el clásico crowd surfing no podían faltar. Era una fiesta de locura. “Mexico, I want to be stereotype, I want to be classified”, recitó Milo para iniciar “Suburban Home”. Le siguieron “Shamless Halo”, “I’m The One”, “When I Get Old”. De su nuevo álbum sonaron “Without Love”, “On Paper”, “Victim of Me”.

El escenario era sencillo: solo luces, nada de proyecciones, lonas o humo. El sonido estuvo a la altura, aunque a veces los músicos daban la señal de que subieran ya sea el volumen del micrófono o los instrumentos. Ese sonido crudo y estridente es intrínseco del punk. A nivel de producción estuvo bien, a secas. La actitud de la banda era de pura diversión y desenfreno. Apenas se tomaban unos segundos entre canciones. Nunca bajó la intensidad.

“Descendents” sonó antes de que la banda saliera del escenario para regresar para el primero de dos encores. “One more song!” gritaba el público ante un escenario oscuro. “Gracias por rockear con nosotros. ¿Estamos listos?”, dijo Bill antes de empezar el primer encore con “Feel This”. Para finalizar el encore tocaron “Smile”. Nuevamente salieron del escenario para regresar en pocos minutos. “Uno o dos más, posible tres. Ustedes parecen que tienen que dormir”, dijo Bill para después cantar “Cuando calienta el sol aquí en la playa” a petición de Milo, lo que desató las risas antes de iniciar el segundo encore con “Testosterone”. En la cola sonaron “Spineless and Scarlett Red” y para finalizar “Catalina”. “That was awesome, thank you guys. ¡México, hasta mañana! Well not mañana ¡Hasta la Vista!”, dijo Milo antes de despedirse.

El primer concierto de Descendents en México, estuvo increíble y superó todas las expectativas. Tocaron sus canciones más emblemáticas con mucha entrega y pasión, la cual aumentaba con cada canción. No hubo nada que reprocharles, al contrario, agradecerles el que hayan venido y esperar que regresen pronto, porque este primer concierto estuvo increíble.

Hugo López

REDACCIÓN:

Hugo
López

Cortesía Daniel Galindo

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